Habitando malestares pandémicos Operativos
(Inconsciente institucional)

Estas reflexiones han sido realizadas por Amalia Alarcón, Paloma González y Alicia Monserrat; nuestra institución de referencia es APOP, localizada en Madrid-Sevilla (España) y constituida desde el modelo de la Concepción Operativa, y estamos con el deseo de participar y compartir pensamientos en una jornada fecunda de solidaridad.

Este espacio nos predispone a adentrarnos sobre las prácticas institucionales-grupales comunitarias globales, largamente intuidas y vividas, incluso temidas. La tarea en la que estamos inmersos, tiene continuidad en este dispositivo para difundir y transmitir, al mismo tiempo que para operar. El proceder asambleario nos remite a igualdad, horizontalidad, una manera de fluir del poder y la autogestión con compromiso y afán transformador.

En esta ocasión, nuestras reflexiones tienen como objeto la huella que en un período de tiempo ha marcado la situación traumática que nos ha generado la pandemia. Nos enfrentamos a la búsqueda del deseo de vivir, a adaptarnos activamente a la realidad, y a las posibilidades de comprometernos con el mundo, como una forma de evitar el conformismo y las adaptaciones forzadas.

También anudamos lo aprendido de las exhaustivas experiencias y herramientas de la Concepción Operativa, que nos permiten despertar del aletargamiento en el que pudiéramos estar sumidos por la impotencia del Covid 19.

Nuestra Institución se agitó en un diálogo que supuso una sacudida de los viejos acomodamientos que habían permanecido inalterables hasta entonces; entre nosotros fuimos más humildes e incluso amables, nos amigamos en nuestro proceder, aunque el dolor y la rabia nos inundó. Generamos estrategias de acción para continuar con la importancia de la transmisión y de la continuidad de investigar en esa área de formación.

Pensamos, pero pensamos con cuerpo y alma, un cuerpo recortado a través de las ventanas ordenadas y un pensamiento que se resiste a ser devorado por fantasmas, que incorporamos pasivamente y que no nos permiten metabolizar estos acontecimientos. Intentamos de-construir y construir, elaborar el duelo por lo perdido y, al mismo tiempo, emerger de este caos, desde la perspectiva de un pensamiento complejo con un énfasis en las investigaciones que vislumbren la fragilidad-desvalimiento de la condición humana. Eros ha de estar por encima del dolor y la desesperanza. Un emergente en un equipo de Salud Mental: “Que el dolor no nos detenga, que la cuarentena no nos detenga”

El concepto del Inconsciente Institucional atraviesa nuestras elaboraciones, al modo que nos transmitió Armando Bauleo, son los efectos del inconsciente en búsqueda de autores y/o significantes para ser interpretados en cada situación, la tarea institucional. Escenas de fusión y al mismo tiempo de rechazo, tensión de lo subjetivo individualista y emergentes de la grupalidad no individualizados .

Ponemos el foco en el complejo campo de las ideas acerca de la vincularidad en las instituciones, que emergen con los ECROS y saberes intra-trans-disciplinares. Referimos la necesidad de descentrar al individuo. De sujeto a sujeto, decía Pichón, y el sujeto incluye lo singular, grupal, institucional comunitario y global. No se nos olvida recoger y reconocer las posibilidades políticas contenidas en el relieve sinuoso y controvertido de los nuevos planos de la existencia atravesados por la epidemia.

Redes institucionales que se tejen en la epidemia, embates de las emergencias que devastan a equipos y, cuando emergen, recrean las clínicas de reencuentros-trincheras de resistencias. Cuidar a los que cuidan, reclama aprender a alojar con prudencia la detención y manejar la demora en las urgencias. El común cuidado es la disponibilidad de aprender en reciprocidad. Este virus cuestiona el nosotros común en y con la alegría de la cercanía.

Un aspecto importante de nuestra propuesta Operativa es su dimensión crítica, que se dirige tanto a un sujeto instalado en la continuidad de la razón, (instituido), como también a la sociedad y a la cultura, por lo que incita a la subversión (instituyente), ante la incertidumbre inherente del padecimiento de la subjetividad social. Para que el sujeto-grupo-institución devenga en ser deseante-pensante-responsable, transformador, y no robótico, estereotipado.

Como venimos postulando, afirmar que las certezas tendrían que ser efímeras. Explorar territorios inconscientes institucionales nos sugiere incursionar en otros tiempos, no solo après-coup, sino avant-coup, (prevención en las instituciones), atender el instante, lo fugaz, lo efímero, valorar el potencial y la condición humana, el encuentro con lo no acontecido.

Todo esto viene a impregnar de esperanza el futuro potencial de nuestra concepción Operativa.

De modo que habrá que habitar espacios institucionales y simultáneamente ir habitando, sin permanencia, los que se vayan creando en el devenir de la tarea. Ingresamos en el laberinto o vericuetos del inconsciente institucional, hasta que una brecha se abra y sintonice para redecodificar, para reinventarnos en esta experiencia inédita.

El social se impone, el vínculo a su vez exige. Depende de las eventualidades que instauran cualidades al autorizarse y del pensar con, de lo que sucede en ese entre-dos-o más, la multiplicidad.

Esto contiene una promesa de futuro: rompamos la ficción de la superioridad de la razón frente a las emociones, para entender cómo somos y poder ser más libres e iguales.

Bibliografía:
Bauleo, A.: (1997) Psicoanálisis y grupalidad. Clínica de los nuevos objetos. Buenos Aires, Paidós.
Freud, S.: (1921c) Psicología de las masas y análisis del yo. [OC, T. XVIII] Buenos Aires, Editorial Amorrortu.
Pichón-Rivière, E.: (1985) Teoría del vínculo. Buenos Aires, Nueva Visión.

22/9/2020
Amalia Alarcón
Paloma González
Alicia Monserrat