Participación de Paloma González Díaz-Carralero en el IV Congreso Nacional de Psicoterapia FEAP: El futuro de la psicoterapia, la psicoterapia del Futuro.

“Quien se entrega a la tristeza, renuncia a la plenitud de la vida” de EPR

En alusión al título de mi comunicación, quiero abarcar como tiempos de incertidumbre el periodo que dio comienzo en marzo de 2020 con la pandemia por coronavirus y que, tras 7 olas en nuestro país, no sabemos todavía si hemos dejado atrás o por cuánto tiempo más nos acompañará y de qué manera, en cuál de sus versiones/variantes; incluir, cómo no, la guerra contra Ucrania más recientemente, y los 59 conflictos bélicos activos en el mundo. Y los acontecimientos climáticos, como la tormenta Filomena en enero de 2021 en Madrid y zona centro de España, así como los fuegos que han calcinado este verano tantas hectáreas en España, pero también en otros países de Europa y del mundo. Todos estos acontecimientos nos hacen sentir vulnerables como personas, como especie, como habitantes del planeta Tierra en el que vivimos y no estamos sabiendo cuidar.

No es casualidad que todo esto se esté dando de esta manera concatenada. Ya Enrique Pichon-Rivière en los años 70 señalaba cómo “la superpoblación, la necesidad de nuevas fuentes de recursos naturales, obran en la psiquis humana alimentando la frustración y la agresividad. Nace así, la expectativa de guerra, indicio de que los mecanismos internos de control de la hostilidad se han vuelto más frágiles”.

También me gustaría decir por qué elegí emergiendo, más allá de lo que tiene de esperanzador. Y es porque alude a los emergentes, que en nuestra concepción operativa de grupo son fundamentales para captar el acontecer inconsciente del proceso grupal y porque sin los emergentes no es posible investigar los grupos operativos.

Sería como la punta que sobresale del iceberg, como el oasis en el desierto, que señala que allí hay algo más que no se ve a simple vista, pero que, si uno se detiene un poco, le permite intuir la masa de hielo bajo el agua o las corrientes subterráneas de agua en el desierto. Así también los emergentes serían aquellos signos que impactan o llaman la atención del coordinador grupal por su aparición inesperada, puede ser un portazo, unas risas, un corte en la comunicación, un sueño, una ausencia, un lapsus…

Voy a traer los emergentes de los grupos que APOP viene realizando desde 2016 hasta la actualidad, para poder dar cuenta de cómo han irrumpido en estos los acontecimientos anteriormente señalados. Por supuesto es un resumen de los emergentes de todos los grupos que hemos coordinado y traigo sobre todo aquellos aspectos que quiero documentar. De esta manera, no será muy largo y quedará preservado el anonimato de los grupos.
Asimismo, explicitar cómo incidió la pandemia en el cambio de encuadre, que da cuenta de lo necesario de adaptarnos a la realidad de cada momento y de forma activa, en palabras de Enrique Pichon-Rivière, fundador de nuestra corriente de pensamiento.

Nuestra formación consta de una sesión mensual durante 9 meses al año, de octubre a junio, con 3 espacios diferenciados: exposición teórica y debate, grupo operativo y supervisión. Cada espacio dura hora y media, y hay un descanso de media hora entre la teoría y el grupo operativo. Estos 3 espacios representan el pensar, el sentir y el accionar del grupo, ejes fundamentales que dotan de coherencia a las personas y a nuestra concepción de los grupos.

Con la llegada del COVID-19 decidimos dar continuidad a la formación en formato online mediante la plataforma Zoom. Para ello, contamos con los equipos de formación y con los alumnos, para saber cuáles eran sus deseos y sus necesidades. Todos quisieron continuar, pero pidieron que no fuese en una sesión mensual de cinco horas como en presencial, por el cansancio que generaría estar cinco horas frente a la pantalla y por necesidades de compatibilizar la formación con sus vidas, ya que muchos se iban a conectar desde sus casas, sobre todo en la primera ola de marzo a junio de 2020. Con estos ajustes en el encuadre, pudimos retomar la formación con todos los grupos que estaban en marcha, haciendo dos sesiones al mes. En la primera había una hora de teoría y una hora y media de grupo y en la segunda había una hora y media de supervisión.

Para el curso 2020-21 nos planteamos volver a la presencialidad, pero finalmente, contando de nuevo con los alumnos y teniendo en cuenta que muchos provenían del ámbito sanitario, se optó por seguir online, ya que había un riesgo más elevado que en la población general de estar en contacto con el coronavirus y se convertía en un factor de estrés añadido, que luego vamos a ver recogido en los emergentes.

Para el curso de 2021-22 pudimos volver a la presencialidad y recuperar nuestro encuadre de una sesión mensual, con el compromiso de hacer grupos con un máximo de ocho alumnos, para poder mantener la distancia de seguridad requerida en el espacio físico del que disponíamos, que era el mismo que el previo a la pandemia y con uso de la mascarilla.

En este curso 2022-2023 mantenemos el encuadre del curso anterior, aunque la mascarilla ha pasado a ser de uso voluntario, excepto si se está con algún tipo de infección respiratoria, en cuyo caso cada uno se compromete a usarla para no contagiar.

Dicho todo esto, paso a leer los emergentes ordenados cronológicamente y que corresponden a cinco promociones de formación. A partir de 2020 hay un desdoble que permite distinguir los grupos que ya venían trabajando presencialmente y por el COVID-19 tuvieron que pasar al formato online, para luego volver al formato presencial un año y medio después. Y los grupos que comenzaron su formación en formato online y al año siguiente pasaron al formato presencial.

Lectura de emergentes:

PREPANDEMIA

Por fin pasamos de hablar de los perros a nosotros
Antes desconfianza, persecución
Me empiezan a gustar los grupos
Difícil separarse, también alivio

Hay que hablar de los que se fueron para poder incluir a los que llegan
Deseo de transformación
¿Seguiremos todos?

Sentirse solo
Soledad no deseada de los mayores
¿Y la soledad de los adolescentes?
Miedo a juntarse y perder la identidad
Despedir, no pedir más
Cerrar para poder abrir

Miedo a salir de mí
Miedo a perderse en el grupo
¿Hasta dónde tengo que bajar la barrera para que esto funcione?
¿Cómo se habla de lo que no se puede hablar?
Lo que nos ha traído aquí es de lo que no podemos hablar
Miedo atroz a quedarme sin nada
Miedo a que toda la vida sea igual, plaza fija hasta la muerte
Qué suerte que tengo este grupo
El grupo te sostiene
El grupo es revolucionario, pensamiento conjunto, una fortaleza, algo potente

PANDEMIA

2020-21 (virtual)
Lo mismo pero diferente
Como si estuviera en un sueño
Distopía
Ciencia ficción
Destrucción del planeta
¡Llevamos un mes y somos otros!
Enfado, frustración, tambaleo con los textos
Ganas de verlos de forma real, pero en este contexto…
El enfado está en otros lugares que no se pueden pensar
Y lo van trayendo aquí: pretensión de normalidad, los aplausos me cabrean, todo puesto en nosotros; me cuesta pensar, estoy parado, descoloque…
El grupo como oasis y desde aquí reencontrar el afuera
Respeto, respeto, respeto: si no pregunto, no me preguntan
Cuesta más dejar salir las emociones, los conflictos

El presencial me hubiera supuesto una amenaza
Pero también podríamos haber trabajado el miedo
Nos falta el café
La pandemia como excusa para todo
En el online ¿dónde estamos?, ¿adentro o afuera?
El grupo como modelo de vida
Lo colectivo frente a lo individual
La comunidad puede producir salud
Con Filomena me di cuenta de que no conocía a nadie en el barrio
El más difícil todavía: “COVID con hielo”
Sensación de ir para atrás
Pero llegan las vacunas: miedo, esperanza…
El bien común no es necesariamente el bien para cada uno de los individuos
Es un mito que uno puede atrincherarse en la consulta
No se puede estar fuera de la Institución
La pandemia ha arrasado con todo
Me siento mayor… indefensa… vulnerable…
Estoy de baja, bajón, caos…el grupo es mi mayor anclaje
Otros que te extienden la mano
A veces me lo salto y doy un abrazo
Sin otros no sobrevivimos
¿El vínculo hace más difícil la despedida?
Un buen vínculo te ayuda a despedirte
El vínculo bueno te deja ir

2021-22 (presencial)
Mi bebé reacciona que lo flipáis a una sonrisa tras la mascarilla… ¿completa la cara?
He tenido que renunciar para estar aquí hoy
Nadie abandonó el grupo, hemos llegado vivos hasta aquí
¿Cómo hubiera sido nuestro grupo sin pandemia?
Es difícil encontrar un grupo donde te sientas incluido y no agredido
Poder empezar y terminar es un triunfo

Traigo ahora diferenciados los emergentes de los grupos que comenzaron la formación en formato online y luego pasaron al presencial:

2020-21 (virtual)
He sentido un latigazo de emoción muy físico, pensé que no se podía dar en formato online
Somos virtuales o virtuosos, no nos podemos tocar
Lo nuevo y lo viejo
Intimidad, chispilla
Como un decorado
La pantalla como imposición de una época
Más protegida al no estar el cuerpo
Se pueden dar machetazos de muchas maneras
La importancia de las palabras, más de lo que pensamos
Ya no vamos a volver a ser como antes
Hemos perdido el horror a ir con la máscara
Te llegas a familiarizar con el horror, ya está metido
Yo en dos años estaré dándome un morreo
Contamos los años de dos en dos
No nos hemos brotado todavía
Si brotamos, ¿nos brotamos todas?
Perder el cuerpo, ¿cómo seréis de altas?
Yo os imagino enteras

2021-22 (presencial)
Los silencios son más silencio aquí
Es difícil cambiar la incertidumbre por aventura
Cuando muevo las piernas, se renueva mi cerebro
Cuando me desplazo me viene el orden
La coordinación te impone más, …a mí me calma
Para separar hay que parar
Cuando te paras puedes sentir
No me apetece volver al encierro
Yo había dado carpetazo al peligro
Como si despertase de un sueño… he perdido fe… no me creo muchas cosas…
¿Algún día andaremos por la calle sin mascarilla?
Y llega la guerra, ¿qué otra historia más llegará?
Cualquiera hace planes
Los planes se hacen y se deshacen
Vamos a morir todos
La muerte es la chispa de la vida
A veces es más fácil hablar de la muerte que del miedo
Yo tengo miedo a la vida
¡Qué solos estamos! En el trabajo y en otros lugares
Siento que os llevo dentro
Una voz de voces, polifonía de voces
¿Y si falta alguno más? Ya nos inventaremos algo, si hay deseo uno se puede inventar algo
Este año “a muerte” busco algo que me ilusione

Me gustaría reflexionar con vosotros lo que fue nuestra andadura en la formación en estos tiempos convulsos.
Lo primero que destacaría es que los equipos de formación de APOP, los de Madrid y también los de Sevilla, sentimos la necesidad de trabajar más unidos. Por suerte el Zoom vino a ayudarnos para poder hacer reuniones periódicas online que nos ayudasen a pensar, a sentir todo lo que estaba sucediendo en el mundo y a nosotros mismos, y a sostenernos entre nosotros ante tanta adversidad, para luego poder sostener los grupos de formación y nuestra tarea profesional en general. Surgieron, cómo no, dudas y diferencias sobre cómo abordar nuestra tarea como formadores, si era mejor continuar la formación o interrumpirla, y si continuábamos, de qué manera. Algunos teníamos ya experiencia en el trabajo virtual, tanto en la clínica individual, familiar y de grupos como en la empresa. Desde ahí cada equipo, en contacto con los alumnos, fue encontrando una manera propia de retomar la tarea, pero a la vez compartida.

Algunas otras personas de APOP, entre las que me incluyo, hemos podido participar también a lo largo de estos más de dos años y medio en un grupo online internacional con profesionales de lo psi, pero también con filósofos, periodistas, antropólogos… provenientes, muchos de nosotros, del psicoanálisis desde la Concepción Operativa de Grupo, pero no todos. Y hemos ido creando un grupo de sostén y de investigación sobre la pandemia, que se llama GRIP (Grupo de Richerca Internacional sobre la Pandemia). Somos de diferentes países de Europa y América Latina, y los idiomas que se hablan son sobre todo el español y el italiano, pero también el portugués/brasileiro.

La última experiencia que señalar ha sido la III Asamblea Internacional de Investigación sobre la COG, que se ha realizado en septiembre de 2022 en Salvador de Bahía, y que nos ha permitido a 25 grupalistas en formato presencial y a otros 50 en formato online trabajar de forma asamblearia durante los tres días que ha durado el evento. Parece que la modalidad híbrida presencial/online ha venido para quedarse; se está viendo en otros muchos ámbitos este mismo fenómeno.

En todos estos grupos de trabajo en los que he podido participar durante este tiempo, diría que el trabajo que hemos realizado es el propio de la COG.

Si nos remitimos a la descripción de EPR sobre qué es un grupo operativo, dice que es un conjunto restringido de personas que, ligadas por constantes espacio- temporales, y teniendo una mutua representación interna, se propone en forma explícita e implícita una tarea que conforma su finalidad, interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles.

En los grupos de formación hemos podido observar que se daban todos estos elementos: existía un encuadre espacio-temporal, siendo el espacio, el ciberespacio compartido y el tiempo, el fijado para las reuniones virtuales. En los emergentes aparece el término “decorado” para denominar a este espacio; los cuadraditos del Zoom, incluso una tela de patchwork en los sueños, que está hecha de diferentes piezas de telas. Existe una representación interna del otro, se va conociendo y reconociendo al otro. En los grupos que ya venían trabajando antes de la pandemia, se mantuvo y se profundizó en esta representación, pero en los que se conocieron online, se fue dando también. En los emergentes se alude a aspectos externos para tratar de interiorizar al otro, como los referidos a la altura de las compañeras, pero también se van señalando aspectos internos como la fantasía de ser un conjunto de voces, una polifonía de voces.

La tarea en los grupos de formación es aprender a pensar, como dice EPR, el pensar es siempre pensar en grupo. Y para ello, el individuo necesita del otro, de su presencia, de su discurso, de su diálogo u otras formas de expresión posibles. Contamos con todos estos elementos, porque la imagen del otro en la pantalla es presencia también. Este fue un requisito que se explicitó en el encuadre, el mantener la cámara del Zoom encendida para poder contar con la presencia de todos los participantes del grupo: alumnos y coordinadores. Se cuenta así también con las expresiones faciales y las corporales, aunque parte del cuerpo no quede expuesta, pero cada uno tiende a completar el cuerpo del otro, como el bebé que parecía completar la cara y responder a la sonrisa de una persona con mascarilla. También así nosotros tendemos a completar el cuerpo de los otros. Cuando se produzca el encuentro en lo real, se tendrá que ajustar el cuerpo fantaseado al real y ahí hemos observado sorpresas (pero ¡qué alta eres!, pero ¡qué joven!).

El discurso está, el diálogo quizás se ve dificultado por la tecnología en algunos momentos de problemas con la cobertura de Internet y, en cualquier caso, exige de todo el grupo una escucha más atenta y un esperar turno más paciente para que no se produzcan superposiciones de varias voces. Esta parte ha sido un aprendizaje importante, en un esfuerzo por adaptarse a la realidad de la virtualidad, que tiene otros tiempos, como también el ser humano ha sido capaz de adaptarse a la comunicación por telégrafo, teléfono y después a las videollamadas. El cansancio que nos producía al principio el formato online fue disminuyendo en la medida que fuimos haciéndolo nuestro.

Y para terminar, entre las otras formas de expresión posibles, cómo no mencionar la bibliografía, el correo electrónico y hasta el WhatsApp, elementos todos que nos han ayudado a conectarnos y acompañarnos.
Y todo esto a través de la asunción y adjudicación de roles, que hemos podido recoger en emergentes del tipo: los nuevos y los viejos, cuido y me dejo cuidar, hoy necesito que me cuidéis/hoy puedo cuidaros…

En la lectura de emergentes se ve cómo impronta la pandemia y luego la guerra, cómo aparece en el discurso el tema de la muerte. Observamos también que se habla más de la salud y de la enfermedad, al principio de forma casi obligada y luego de forma más naturalizada. Hay menos pudor a decir cómo se encuentra uno de salud, se ha convertido en un tema pertinente. El COVID-19 nos ha hecho más conscientes de nuestra vulnerabilidad, no sólo en mayores sino también en jóvenes. Ahora todos somos mortales.

Un tema a tener en cuenta es la soledad, que ya se venía pensando en los grupos desde antes de la pandemia. Entonces se traía más en relación con ciertos colectivos como los mayores, o los adolescentes. Pero a partir de la pandemia se trae en primera persona. Siendo la mayoría del alumnado del mundo psi, da la impresión de que esta pandemia nos ha metido en el mundo, ya no son los pacientes y los terapeutas como dos compartimentos estancos, sino que se han desdibujado esos límites y ahora los terapeutas también podemos estar en el otro lado. Si lo pensamos, siempre fue de esa manera, pero antes nos costaba más identificarnos con el lugar de los sufrientes. Estos acontecimientos globales nos ayudan en el ejercicio de salir de lo dicotómico e ir hacia lo dialéctico, hacia el encuentro. Como diría EPR, en un movimiento espiralado. Que podamos pensarlo en una escala de grises y no como blanco/negro.

En la vuelta a lo presencial desde lo virtual, aparecen varios emergentes (cuando muevo las piernas se renueva mi cerebro, cuando me desplazo me viene el orden) que señalan lo importante de darnos los tiempos para acudir a nuestra sesión, en este caso de formación, pero se puede trasladar también a nuestra sesión de terapia, a nuestro trabajo, porque en ese tiempo del trayecto uno se va preparando, el inconsciente empieza a asociar libremente y emerge alguna escena de la sesión del grupo anterior, algún malestar, las ganas que tenemos de llegar, o de no llegar. Nos va acercando emocionalmente al grupo, no sólo físicamente, nos ayuda a entrar en la tarea. Estos tiempos se pierden con la inmediatez del Zoom, pasando de una actividad a otra sin solución de continuidad. Sería bueno tenerlo en cuenta, para darnos también algún tiempo en el formato online, que nos ayude a prepararnos.

Destaco el descubrimiento que hacen los grupos de la potencia del nosotros, de que juntos podemos y, si no, “ya nos inventaremos algo”. El grupo los sostiene, se sienten sostenidos y se ayudan unos a otros. Este deseo suma, como las ondas en el agua al lanzar una piedrecita, se produce una expansión, un crecimiento y les permite construir proyectos que ilusionen, como se recogía en el último de los emergentes: Este año “a muerte” busco algo que me ilusione.

Estos dos años han sido duros, pero han sido también de adaptación, aprendizaje y transformación. EPR propone una adaptación activa a la realidad, no pasiva, que sería como de sometimiento. Activa, en la que participamos y ayudamos a transformar la realidad. Nos hemos hecho con la tecnología, ¿quién no conoce ahora diversas plataformas de comunicación?, y nos hemos acostumbrado a trabajar con la tecnología, ya no nos resulta tan cansado como al principio. Nos ha hecho también más versátiles, pudiendo atender un modelo híbrido que a veces aporta gran valor, al permitirnos acudir a jornadas o reuniones con personas de otros lugares del mundo que antes ni nos lo imaginábamos. También nos ha sacado de la dicotomía maestro/alumno, todos hemos tenido mucho que aprender.

Nuestro esquema de referencia, nuestro ECRO, es compartido con compañeras grupalistas de otros lugares, como Argentina: Gladys Adamson, fundadora de la Escuela de Psicología Social del Sur, y Malena Stagnaro, ya venían trabajando online en la formación, pues Argentina es una extensión muy grande y acudían a formarse profesionales de todos los rincones. Y sabíamos que sí se puede, que hay aprendizaje grupal en los grupos online, que se dan los vectores de conocimiento del cono invertido de EPR.

Es una herramienta que nos ha permitido y sigue permitiendo vincularnos. Sabemos que el encierro y el aislamiento lleva a las personas a rigidizarse, a estereotiparse, a enfermar. Fueron muchos los esfuerzos que se hicieron, en la primera ola sobre todo con el confinamiento, desde los vecindarios y las asociaciones de vecinos, de forma natural o instintiva, para tratar de conectar con personas, sobre todo mayores, que vivían solas, y echarles una mano, hacerles la compra, en definitiva, que se sintiesen acompañados. De alguna manera todos sabemos lo importante que es sentirse con otros, que no estamos solos. En los hospitales, los sanitarios tuvieron la iniciativa de ayudar a las personas aisladas por padecer el COVID, a comunicarse con sus seres queridos al otro lado de la pantalla del móvil. Sabemos que es fundamental para la recuperación de la salud los vínculos afectivos. Estas herramientas han sido de gran utilidad en todos estos contextos y otros que seguramente iremos descubriendo.

En palabras de EPR: “Los que aceptan el cambio lo hacen por estar suficientemente instrumentados para establecer con la máquina un vínculo lúcido y positivo que no sobrevalora su rol ni sus posibilidades, en la conciencia de que nos hemos lanzado a una gran aventura en la que ya no hay tiempo para detenerse.”
Y también en sus palabras y yendo al marco histórico en el que nos ha tocado vivir, dice así: “Si las guerras obedecen a las reglas de un juego de intereses, en el que se manejan conceptos de pérdida y ganancia, la paz se hace accesible a través de una modificación de las reglas. Promover el desarrollo de un nuevo sistema social, cuyos primeros indicios son aún apenas perceptibles, es la gran tarea de un mundo que aspira a sobrevivir. La teoría de la información (comunicación) juega un papel protagonista en este cambio de pautas que se planea para la convivencia entre los pueblos.”

BIBLIOGRAFÍA:

  • “El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social I”. Enrique Pichon-Rivière. Ed Nueva Visión. Buenos Aires, 1985.
  • “Psicología de la vida cotidiana”. Enrique Picho-Rivière y Ana Pampliega de Quiroga. Ed Nueva Visión. Buenos Aires, 1985.
  • “Un grupo”, de Armando Bauleo. Capítulo en el libro: “Psicoanálisis operativo: A propósito de la grupalidad”. A. Bauleo, A. Monserrat y F. Suárez. Ed.: Atuel. Madrid, 2005.
  • “Presencia del grupo operativo y pandemia”, de Fernando Torres. En la web de APOP www.apop.es
  • “Construir en la incertidumbre I: encuadre y desencuadre en tiempos de pandemia”. Ponencia presentada por A. Alarcón, Ch. Bertero, P. González, A. Monserrat, S. Pugliese y C. Toscano, en la III Asamblea Internacional de Investigación sobre la COG, 8-10 de septiembre de 2022, Salvador de Bahía, Brasil.
  • “Vínculos y pandemia”, video de Gladys Adamson https://youtu.be/dzleSpZ2tys
  • “La observación en grupos de formación en modalidad a distancia”. Malena Stagnaro. Revista Area3. Material presentado en la II Asamblea Internacional sobre Investigación en torno a la Concepción Operativa de Grupo, Madrid 26-28 abril 20218
  • https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Guerras_y_conflictos_actuales