Introducción
En este articulo se presenta un trabajo basado en una experiencia grupal
desarrollada en una Unidad de Salud Mental Comunitaria para pacientes
con diagnóstico de Trastorno de Adaptación, que cursan con una clínica
depresiva y factores de riesgo reactivados por
acontecimientos vitales que han supuesto cambios drásticos en su vida.
El presente texto trata de dar cuenta de los efectos terapéuticos
que se producen con la creación de dispositivos grupales; de ampliar y
complejizar el modo de comprensión de este tipo de trastornos y los conflictos
subyacentes; también persigue desarrollar y consolidar ofertas psicoterapéuticas
adaptadas a las necesidades de los pacientes, con los recursos del Sistema
Sanitario Público.
Desde
un plano teórico y metodológico,
el grupo se nos muestra como un espacio donde visualizar la relación individuo-sociedad
y la producción social de la enfermedad. Es un
espacio privilegiado de relación, como lugar de palabra, más allá del síntoma.
El grupo
entendido como instrumento de intervención
da lugar al desarrollo de dispositivos grupales, en un servicio asistencial
que trata de dar respuestas organizativas y terapéuticas, posibilitando
el espacio y el tiempo que cada sujeto va a requerir para el afrontamiento
de sus conflictos.
Referencia al marco teórico
El
modelo con el que trabajamos en la organización de estos espacios grupales
para pacientes con diagnóstico de Trastorno Adaptativo es la Concepción Operativa
de Grupo, (Pichon-Rivière, E., 1948). Aunque no podamos extendernos en
una descripción pormenorizada del marco teórico, describiremos algunas
líneas que puedan dar cuenta de la noción de grupo y su instrumentalización
para el tratamiento de pacientes con trastornos graves.
Pichon-Rivière
ha desarrollado la técnica de grupo operativo partiendo del psicoanálisis
y la psicología social. Se trataba de incidir en la tradicional dicotomía
entre lo intrapsíquico y lo social.
Se
define la Psicología Social
como una disciplina que se ocupa de la mediación individuo-sociedad. El
grupo es un modelo y un hecho de mediación, por tanto surge como la intermediación
entre la estructura individual y la estructura social. Y un lugar privilegiado
para la expresión-visualización de ambas estructuras.
Estudia
al sujeto como un ser de necesidades que se satisface socialmente en relaciones
que lo determinan. De ahí, que nuestras intervenciones terapéuticas sean
siempre sobre un “sujeto en situación”. (Lagache, 1963)
Esta noción permite estudiar las reacciones y las conductas del individuo
teniendo en cuenta el contexto en el que está situado; es decir, un sujeto
con sus vínculos, en una realidad concreta, en un contexto y en un aquí
y ahora.
Así,
partiendo de la teoría psicoanalítica, la Concepción Operativa de Grupo centra su interés,
no sólo en los procesos intrapsíquicos sino también en la construcción
de estos procesos que se producen en la interacción del sujeto con la
realidad externa. De este modo, centramos el estudio e intervención tanto
en la dimensión intrasubjetiva
como intersubjetiva.
La
técnica de grupo operativo enfatiza el trabajo sobre los aspectos psicosociales
del proceso de salud y enfermedad. Desde esta perspectiva psicosocial
entendemos la enfermedad no sólo en su vertiente biológica y psicológica,
sino como una situación que se ha producido en un contexto grupal, siendo
el primer grupo la familia.
Pichon-Rivière
nos señala que la salud estaría en función del proceso
de cambio y aprendizaje, la capacidad de transformar la realidad, y la
enfermedad seria el estereotipo, es decir las resistencias al cambio y
los modelos de aprendizaje no funcionales a la tarea.
De
esta manera intentamos un cambio de óptica para pensar la salud y la enfermedad.
Son momentos de un proceso
en que los obstáculos están en la dificultad del cambio. En los pacientes con trastorno adaptativo, por ejemplo, enfocamos la crisis
como un momento en la vida del sujeto, en el que se produce un cambio
que es vivido como catastrófico. En la resolución tendrá que enfrentarse
con otras problemáticas. El trabajo sobre la conducta estereotipada será
central en el tratamiento. El estereotipo se entiende desde aquí como
la dificultad frente a las situaciones de cambio, la repetición de conductas
inadecuadas y la adaptación pasiva al medio.
El
grupo operativo es un grupo restringido de personas, ligadas entre sí
por constantes de tiempo y espacio (encuadre), articuladas por su mutua
representación interna (relación vincular), que se plantea explícita o
implícitamente una tarea que constituye su finalidad. Función, cohesión
y finalidad configuran la situación grupal que tiene su modelo natural
en el grupo familiar. (Pichon-Rivière, 1978).
Trabajamos
sobre los efectos que se producen en la relación grupal. La actividad
está centrada en la movilización de estructuras estereotipadas, dificultades
de aprendizaje y comunicación debidas al nivel de ansiedad que despierta
todo cambio (ansiedad depresiva y ansiedad paranoide). Estas dos ansiedades,
coexistentes y cooperantes configuran la situación básica de resistencia
al cambio que debe ser superada.
Planteamos la necesidad de desarrollar una clínica grupal y una
clínica institucional. Con estas nociones nos referimos a una clínica
que amplía y complejiza el campo asistencial, al incluir la organización
de servicios, la prevención, la psicoterapia, la noción de salud y enfermedad
como un proceso, así como la sobredeterminación social, política e ideológica
que atraviesa la práctica asistencial (Bauleo, Duro, Vignale, 1990).
Y
así, de esta forma, el espacio grupal se constituye en una organización
tanto para los pacientes como para el equipo. Los espacios grupales, que
están insertados en una institución, pueden ser lugares para la “palabra”,
para una escucha del paciente, un tiempo y un espacio que proteja al paciente
del peligro de la institucionalización de la enfermedad. “Favorecer
que el paciente pueda iniciar otro discurso, como persona y no fragmentos
de síntomas, déficits y obstáculos”. (Mannoni).
El contexto (institución) en el desarrollo de grupos
terapéuticos
Al
hacer una mirada hacia el grupo surge una primera cuestión. No es posible
pensar y construir un espacio grupal aislado del contexto institucional
(y social) donde éste se realiza y se operativiza. Situándonos
en el contexto institucional, de un Servicio Público de Salud, son muchas
las variables a tener en cuenta en el análisis de la demanda y en la organización
de respuestas asistenciales.
Bauleo
señala que “hay una oferta anterior al primer pedido, y ésta tiene que
ver con la manera en la que se organiza la oferta a los usuarios de cualquier
servicio. Esta oferta está estructurada según ciertas reglas que son predefinidas
por parte de quienes operan en una institución”.
>>>
Por un lado, los profesionales,
cada cual desde sus modelos, ideologías, concepciones acerca de los procesos
de salud-enfermedad y sus modalidades de intervención.
>>>
Por
otro, las conformaciones grupales y organizacionales. El modo de organización
de los servicios, con su multiplicidad de factores.
>>>
Y el ámbito institucional, con
sus objetivos explicitados, su marco normativo
sobre todo, con sus
objetivos no explícitos, marcados por normativas no expresadas.
Incluyendo los condicionantes que provienen de una determinada dotación
de recursos, priorizaciones, urgencias, distribución de espacios
y tiempo, etc.
En la práctica cotidiana, y en el contexto de un servicio asistencial público,
una preocupación básica para los terapeutas se dirige a cómo dar respuestas
terapéuticas que permitan a los sujetos (usuarios para el sistema) contar
con un espacio donde pueda ser posible que el síntoma deje lugar a la
palabra y el abordaje del conflicto.
Experiencias como la creación y desarrollo de un espacio psicoterapéutico
grupal para pacientes diagnosticados como “trastornos adaptativos”, dan
cuenta de este proceso del Equipo. Un primer cambio reside en la posibilidad
de poner en común un modelo de comprensión
de la enfermedad; un modo de comprensión más integrador
y menos reduccionista, que permita abarcar de forma más completa y compleja
los muy diversos factores que inciden en ese momento de crisis y en la
imposibilidad de salir del estereotipo. Otro cambio es para el propio
Equipo, ya que, al incidir en la creación y consolidación
de un tipo de respuesta asistencial, se dota de ofertas permanentes como Servicio
Sanitario para dar respuestas especificas a la demanda.
Pero, desde esta óptica, es evidente que el análisis de cualquier respuesta
asistencial de un Servicio de Salud Mental tiene que remontarse, previa
y necesariamente, a otros procesos grupales (y por ende institucionales).
Por ello, es pertinente incluir en estas reflexiones que el primer
espacio grupal a construir es el del propio equipo terapéutico.
Como todo grupo, el Equipo, Equipo-Grupo, (Vallejo, 1997) va a ir configurándose
alrededor de una tarea.
Desde el proceso interno, de construcción
de un esquema conceptual referencial operativo,
el equipo necesita de espacios
grupales de tarea, donde poder analizar la situación a que
debe responder como servicio sanitario y diseñar los modos de intervención
terapéutica.
A partir de ahí es cuando el equipo-grupo
se puede dotar de una estructura organizativa cambiante; y puede entrar
a redefinir las respuestas asistenciales. El esfuerzo podrá confluir entonces
en la discriminación
de la demanda, la priorización de respuestas
y la definición
de intervenciones terapéuticas individuales y grupales.
Esta cuestión es clave para nuestra experiencia. Y lo señalo como contenido
previo al análisis de un grupo psicoterapéutico específico como es el
que ocupa estas reflexiones. Dentro de la tendencia a la indiferenciación
de respuestas a la que empuja una demanda masiva, a la simplificación,
a la no escucha más allá del síntoma... es posible desde una conceptualización
de una clínica grupal e institucional diseñar y mantener conjuntamente
respuestas asistenciales adaptadas a las demandas y necesidades de los
usuarios.
"Así,
el grupo va a operar también sobre las condiciones que lo sustentan.
Trabajar en el espacio grupal (del Equipo-grupo) no va a tener consecuencias
sólo para las personas que integran ese grupo. Sino que va a repercutir
en el espacio institucional sobre el que opera... Junto a la reconstrucción
y revisión de los esquemas de referencia de los integrantes del
grupo, se revisan, replantean y modifican los elementos que definen el
contexto organizacional (Servicio Sanitario), aunque sea en una muy pequeña
parte" [1]
¿Cómo entender este tipo de conflicto?
En
pacientes
que llegaban al equipo con síntomas depresivos graves y diagnosticados
de “trastorno adaptativo” se observaba:
>>>
Que era frecuente que el paciente
estuviera en una franja de edad entre 45 y 65 años; varones en su mayor
parte; y que presentan una clínica depresiva muy acentuada, con factores
de riesgo. Con acontecimientos vitales como enfermedades incapacitantes,
con situaciones de cambios drásticos en su estilo de vida, e imposibilidad
de continuar una actividad laboral.
>>>
Que para este tipo de conflictiva no se contaban con respuestas
psicoterapéuticas específicas; las cuales estaban reducidas frecuentemente
a intervenciones de apoyo y/o de tratamiento psicofarmacológico.
La cuestión se plantea inicialmente sobre ¿cómo hacer un abordaje terapéutico que ayude al paciente a elaborar las
pérdidas, y acompañarle en un proceso de reaprendizaje, que le permita
una adecuada adaptación a su medio, tanto social como familiar?
Pero realmente hay una cuestión previa: responder a esta interrogante requiere
una visión integral del sujeto. Esto implica incluir tanto la circunstancia
acaecida (pérdida de salud, incapacidad para la actividad laboral...),
como el tipo de vínculos del sujeto, así como sus ámbitos
de relación (incluyendo la integración en el sistema de producción).
Una visión parcial de estos trastornos tiende
a negar su complejidad. Un ejemplo puede ser quedarnos en una valoración
predominantemente centrada en los síntomas; y orientar el tratamiento
de forma exclusiva hacia dichos síntomas; esto implica la negación de
aspectos relacionales o situacionales. En otro polo, podemos situar algunos
diagnósticos de mobbing; el exclusivo centramiento en una situación de
conflicto y su elevación a diagnóstico, puede llevar a un reduccionismo
que evite la inclusión de otros factores institucionales, junto a la negación
de la historia del sujeto y sus modos de vinculación.
Un acontecimiento vital precipitante puede tener
mayor incidencia en función de “factores personales” que podrían denominarse
factores predisponentes, en función del tipo y forma de vinculación del
sujeto. En el caso, por ejemplo, de un acontecimiento vital estresante
que suponga la ruptura de la actividad laboral la valoración de riesgo
es mucho mayor en una persona en la que su identidad y autoestima dependan
del reconocimiento de “los otros”. El acontecimiento
vital, como puede ser la pérdida del trabajo y la incapacidad para realizarlo,
adquiere el valor de situación catastrófica: La pérdida del trabajo, desde
ahí, no significa sólo eso, sino la pérdida de factores afectivos imprescindibles
para una adaptación personal al medio. La interrupción de la actividad
se equipara a la interrupción de la vida, el sujeto queda sin
fuente de valoración y autoestima, los aspectos de apoyo social (soporte
social) quedan minimizados. Y la “supervivencia”, a partir de ahora pasaría
por un reaprendizaje de los vínculos afectivos.
Descripción del grupo
El grupo se inicia a mediados
de 2002. Con dos fases diferenciadas: Hasta mediados de 2006. Y desde
abril de 2007 hasta la actualidad. Los pacientes son derivados por los
miembros del equipo.
Los criterios diagnósticos
de adscripción son: pacientes con diagnostico de trastorno de adaptación;
con grave afectación a su adaptación personal familiar y social; con sintomatología
depresiva-ansiosa; con factores de riesgo (ideas de autolisis o gestos
autolíticos). Se excluyen los trastornos de personalidad.
Nº de pacientes que han participado en el espacio
grupal
Altas
con valoración de mejoría
|
33
|
Altas
por abandono *
|
21
|
No
incorporaciones tras derivación a grupo
|
5
|
Derivaciones
a otros tratamientos
|
7
|
Pacientes
actualmente en grupo
|
8
|
TOTAL
de pacientes
|
78
|
*
14 son abandonos tras la 1ª a 3ª
sesión
|
Encuadre de grupo de psicoterapia para pacientes diagnosticados de trastornos
adaptativos
Se trata de organizar
un dispositivo grupal permanente a nivel institucional. Nos referimos
a dispositivos grupales entendidos
como oferta psicoterapéutica estable una Unidad de Salud Mental Comunitaria
(USMC), como un espacio que permanece a lo largo del tiempo, donde pueden
ser tratados pacientes que demandan una atención específica.
>>>
" Tiempo. El
grupo funciona actualmente con una periodicidad quincenal. Siendo la
duración de las sesiones 90 minutos. En la primera etapa las
sesiones eran de frecuencia mensual, con una duración de 90 minutos.
Este
tipo de grupos tiene la característica de estar organizado a
modo de corredor terapéutico. Consideramos beneficioso mantener
el criterio de que los pacientes permanezcan en la terapia grupal el
tiempo que requiera su proceso personal.
La
entrada y salida de pacientes se establece a partir de momentos de evaluación.
La evaluación que antecede a una posible alta, se realiza en
una sesión acordada previamente. En la evaluación se intenta
tomar una decisión a tres bandas: cada paciente se evalúa
a sí mismo; el grupo interactúa en dicha evaluación;
y la coordinación participa desde su rol en el trabajo sobre
los motivos de continuación o el alta. De esta forma la oferta
grupal de la institución permanece, pero, a su vez, contempla
la diferencia del tiempo que cada paciente necesita en su proceso.
>>>
El
espacio: lugar físico estable que contribuye
a estructurar la permanencia terapéutica. Corresponde a la coordinación
del grupo el cuidado de este espacio como parte del encuadre. Pero una
parte de ese cuidado va a depender del propio equipo y del contexto
institucional terapéutico.
>>>
La tarea: se trata de reflexionar y analizar
los conflictos y problemas que los integrantes traen al grupo; es un
aprender a pensar sobre los procesos que llevan a la enfermedad y la
posibilidad de salir del estereotipo.
La
formulación inicial del objeto de trabajo que convoca al grupo
la realiza el coordinador; es la tarea manifiesta. Y a partir de ahí
se va construyendo sesión tras sesión la tarea grupal.
A
nivel latente o implícito, la tarea es la elaboración
de un esquema referencial común que permita el establecimiento
de la comunicación dentro del grupo. En una identificación
de los procesos que han llevado a la enfermedad (pérdida de salud,
del trabajo...); así como de los pasos para salir del estereotipo.
Para esta ruptura del estereotipo, el grupo se configura así
como un espacio para la movilización del conflicto. Mediante:
poder hablar lo silenciado; y contener la angustia ante este afrontamiento.
A partir de ahí el grupo podrá hacer una elaboración
del conflicto, lo más integrada posible.
>>>
El
secreto grupal, es un elemento más del
encuadre, que hace referencia, desde lo manifiesto, a una norma que
el grupo se da para preservar la intimidad del trabajo grupal y junto
con otros elementos del encuadre, posibilitar la organización del espacio
interno.
El proceso grupal
Los miembros del grupo, cada uno con su historia y su
conflicto, comienzan a compartirlos. A participar con cada forma de
entender la tarea que les convoca, mediante un intercambio de información
y afectos.
“Es de suponer
que este movimiento psíquico de los participantes, esta confrontación
y autoevaluación de datos y sentimientos, produce un clima en el cual
las ansiedades cambian de color en función de los escalonamientos sucesivos,
de las distintas interrelaciones entre estos participantes. Aparecen
ansiedades persecutorias, confusionales y depresivas acompañando los
momentos en los cuales, debido a la llegada de nuevas informaciones
o de otros apareceres emotivos, los esquemas de referencia originales,
aquellos con los cuales se llegó al grupo, se van desestructurando en
vías de las transformaciones que van sufriendo, para que, poco a poco
(y en tiempos propios) se reestructuren sucesivamente” (Bauleo,
2005).
Se describen a continuación algunos de los momentos
del proceso grupal. Incluyendo emergentes de distintos momentos grupales.
Momento de pretarea
En
este momento se hacen presentes las ansiedades persecutorias y confusionales.
Es el momento del "como si". Habla el síntoma, no las
personas.
En
una primera fase, los miembros del grupo suelen situarse en una posición
dependiente, con una depositación de la rabia hacia las circunstancias
y las personas que han incidido en su trastorno.
En
el proceso de este espacio grupal, aparecen (como de forma cíclica)
momentos grupales en los que predomina: la búsqueda del culpable,
la rabia se dirige hacia el afuera; son frecuentes las expresiones de
agresividad...
>>>
"La responsabilidad
ha sido de los médicos" (por error supuesto o maltrato)
>>>
"La culpa
es del sistema" (aquí se expresa también la desconfianza
hacia el coordinador: "es parte del sistema"; "nos quiere
adaptar, que no protestemos")
>>> "Los
médicos me dicen que haga una vida normal y eso es mentira: ¿cómo
voy a hacer una vida normal?"
>>>
"Me he sentido maltratado
por el inspector"
>>>
"La única
solución es coger una pistola"
En otra fase, la conciencia de su situación, la vivencia de
las pérdidas, el comenzar a acercarse al conflicto, el poder empezar
a hablar de ello, está asociado a ideas de muerte, de finalización,
de catástrofe... Aquí la agresión es dirigida hacia uno mismo.
||||||| Muerte.
Finalización.
>>>
"Al
verme imposibilitado pienso en el suicidio"
>>>
"Me he
vuelto un hombre peligroso"
"He estado dos veces en
el puente".
>>>
"Nos han
eliminado de la faz de la tierra"
>>>
"Me han
pasado cosas por la cabeza que me han llegado a asustar"
>>>
"El balcón
parece que tiene imán para mí"
>>>
"Me tengo
que crear una fantasía diaria para vivir"
>>>
"Si yo
no puedo hacer lo mismo que antes, ¿para qué seguir aquí?"
||||||| Pérdida. Cambio drástico inexplicable.
>>>
“Con la pérdida del trabajo
se me fue la vida”
>>>
“No me resigno a lo que me ha pasado. Me he quedado
sin lo que era mi vida. Quiero ser el de antes”
||||||| Incapacidad, impotencia.
>>>
“Se me metió que
no valgo para nada: No valgo para llevar mi casa. No valgo para el mundo”
>>>
“Yo no valgo para
lo que valía antes”
>>>
“Yo
antes me comía el mundo. Ahora soy
el culo del mundo”.
Momento de tarea
En esta modalidad
grupal se da la alternancia entre momentos de pretarea y de tarea. Es
decir, momentos de elaboración y momentos defensivos. En el momento
de la tarea, las ansiedades que se hacen presentes son las ansiedades
depresivas,
>>>
“Soy capaz de asimilar
lo que me ha pasado”
>>>
“Puedo aceptar
mis limitaciones, o al menos hablar de ellas”
>>>
“Me doy cuenta
de que soy más esclavo del interior que uno tiene, no sólo de lo que
me ha pasado”
>>>
“¿Cómo podemos
reconducir esta rabia?”
>>>
“Quizás
lo que me pasa es que callo las cosas”
>>>
“Por mi forma
de ser tapo los problemas”
>>>
“Al primero que
tengo que decir la verdad es a mí mismo”
>>>
“Yo pensaba: si
no lo cuentas, no existe”
>>>
“Hay
que cambiar. He tardado años en poder darme cuenta"
En la finalización
del proceso grupal se ponen en juego diversos factores.
>>>
Toma
de conciencia del conflicto (no limitándolo a “lo externo”).
>>>
Reestructuración de los recursos personales
para afrontar la nueva situación.
>>>
Aceptación de límites propios actuales.
Elaboración de las pérdidas.
>>>
Adaptación a nuevos roles.
>>>
Aprendizaje de nuevos comportamientos y
adaptación a nuevas situaciones.
Estos
factores sirven de base para la evaluación previa al alta del grupo.
Apéndice: Hacia el grupo de autoayuda
El germen de este nuevo espacio grupal, grupo de autoayuda,
parte de la evaluación de los miembros, previa al alta. Tras valorar
conjuntamente los cambios, la disminución de la sintomatología que acompañaba
los periodos de crisis, el aumento de recursos personales para afrontar
la nueva situación, y una vez trabajadas las dificultades ligadas a
la dependencia, algunos miembros del grupo comienzan a compartir la
posibilidad de poder continuar entre ellos un contacto tras el alta
del grupo psicoterapéutico.
A partir de aquí se va construyendo un espacio grupal
que se configura como un recurso de salud en un espacio comunitario.
La finalización del proceso terapéutico para los miembros
del grupo en la fase inicial, supuso de esta forma el comienzo de un
nuevo espacio grupal: un grupo
de apoyo, fuera del espacio sanitario (Centro Cívico). El grupo
de apoyo tiene como objetivo la preparación y dotación de recursos para
el funcionamiento posterior más autónomo del grupo de autoayuda. Este
grupo funciona durante un periodo de 6 meses, con un coordinador que
acompaña en este proceso. La asistencia de antiguos miembros del grupo
de psicoterapia oscilaba entre 4 a 7 miembros, pasando por el
grupo un total de 12 personas, en su mayoría ya dados de alta del grupo
psicoterapéutico.
Tras esta fase se inicia el grupo de autoayuda,
con apoyo e intervención de profesionales de Servicios Sociales y Plan
de Barrios. Se plantea como un espacio de encuentro y apoyo en la búsqueda de recursos personales y sociales. El pasaje del grupo de
apoyo al grupo de autoayuda presentó dificultades. Entre otras variables
hemos podido observar la relación de esta dificultad con la poca cultura
asociativa, hecho que se evidencia más presente en hombres que mujeres.
Estas recurren con más frecuencia a construir asociaciones y grupos
de apoyo; pensamos que la educación y el papel social que se exige de
sujetos de producción los hace más inestables en la búsqueda de espacios
de encuentro.
El grupo de autoayuda fue finalizando con movimientos
individuales de los pacientes que fueron buscando otros lugares sociales
y otras alternativas.
Esta experiencia requiere de otros estudios y análisis,
que no son objeto de este articulo, pero sí queremos señalar que la
experiencia terapéutica grupal en estos pacientes les permitió buscar
otros espacios en el contexto social y comunitario.
No se trata sólo de mejorar al paciente, sino de mejorar
a su vez las condiciones y los recursos de la comunidad; de cómo la
comunidad acepta y da respuestas a estas personas que, de alguna manera,
se han sentido sin lugar en la producción social. La respuesta y apoyo
que requieren, tal como nos hemos planteado en estas reflexiones, no
pueden proceder sólo de la intervención clínica sobre el sujeto; deben
abarcar otros ámbitos que permitan una reestructuración de los vínculos
familiares y el acceso a nuevos recursos sociales y/o laborales.
ANEXO:
Tras tres años de alta de los pacientes del grupo de psicoterapia nos
planteamos realizar un seguimiento a algunos pacientes que estuvieron
integrados en el grupo de autoayuda para conocer su opinión acerca de
la experiencia terapéutica grupal. Para ello se realizó una entrevista
grupal semidirigida, coordinándola un residente de psiquiatría. Vamos
a presentar algunos de las reflexiones que realizan los pacientes:
El
aspecto positivo era hablar, no dejarte nada adentro, sincerarte.
F. nos metía los dedos para que nos descargáramos
Salías de la reunión como si te hubieras quitado una losa
Fuimos coincidiendo. Entre nosotros nos decíamos lo que nos parecía
del otro.
Yo
cuando fui a la consulta iba hecho polvo; iba con muchos medicamentos.
Cuando me pasó lo del infarto me vine abajo total; me encerré
en casa. Todo era un desastre para mí; yo pensaba que no valía
para nada.
La
primera entrevista que tuve con F. no podía ni hablar. Venga
a llorar. Cuando me propuso la terapia de grupo yo no era receptivo;
yo pensaba que cómo iba a hablar con gentes si no podía
hablar ni yo sólo, ni conmigo mismo. Veía que había
casos que eran peor que el mío. No me atrevía a hablar.
Y después de varias sesiones empecé a hablar, llorando.
Yo
al principio me centraba en la parte física; era activo, hacía
deporte. Y no entendía por qué me pasaba esto.
Yo
creía que no valía para nada. Poco a poco, empecé
aceptar que había cosas que no podía hacer, no podía
subir escaleras o salir detrás de un autobús; pero otras
cosas que sí. Y escuchaba a otros compañeros de grupo
que hacían otras cosas, y buscaban salidas a su situación.
No podía hacer lo mismo que antes, pero no se acaba el mundo
aquí. Eso lo empecé a ver poco a poco, porque antes sí
sentía que el mundo se había acabado.
Lo
que más me costó es que sin conocer a nadie, tienes que
hablar. Yo pensaba: si ese hombre no me conoce a mí y dice todos
sus problemas, yo me decía ¿cómo iba a poder yo
sacar los míos? Lo complicado de sacar mis sentimientos.
Yo
que no había sido capaz de contárselo a nadie, ni a mi
hermano, ni
y que aquí no conocía a nadie
Nunca imaginé que podía hacer esto.
Lo
que hizo que pudiera hablar con personas desconocidas, fue la confianza
que se creó en los demás. Fue importante lo que dijo F.:
que lo que se habla aquí se queda dentro del grupo.
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