SUJETOS INSTITUYENTES EN  EL CAOS CONTEMPORÁNEO

 
 Leonardo Montecchi
[1]


                                     Cada uno se  ha encontrado (como por azar) muy  lejos aún de un exhaustivo examen de conciencia, en una parcela a la deriva de este caos.
                                                                                                                                                                                       Pier Paolo Pasolini. Caos. Editori Riuniti

Un punto de vista

Me he preguntado a mí mismo, para empezar a escribir este discurso, ¿desde donde lo estoy pensando?

Es cierto que lo estoy presentando aquí y ahora con ustedes, pero como ven estoy leyendo el texto que he pensado y escrito en un momento diferente a éste, me tienen que imaginar en el estudio del Departamento de Dependencias Patológicas de Rimini entre una cita y otra escribiendo, recuperando pensamientos que se mezclan con situaciones clínicas desde  las cuales se van formando.

Estoy en uno de los muchos pasajes que marcan nuestra vida cotidiana, un espacio tiempo que rompe la rutina. Debo decir que estoy usando el tiempo para pensar y escribir algo que no me fue encargado por la dirección de la Consejería de Salud. En este momento debería realizar tareas que se me han encomendado o permanecer a la espera, como una máquina inactiva aguardando para ejecutar las disposiciones previstas por los protocolos de acreditación.

En cambio  estoy aquí  pensando y escribiendo y este escribir lo percibo como una acción, como una praxis.

¿Pero qué tipo de praxis  es esta escritura?

Es cierto que es un intento de acción comunicativa que se inicia a partir de un espacio-tiempo robado a la cotidianidad instituida, de hecho me estoy dando cuenta de que incluso mi estar en situación está instituido no sólo por los procedimientos y mandatos externos, sino también por reglas de conducta internalizadas.

En resumen, el estado de conciencia habitual en el que vivo no es el mismo que  el de este momento en el que escribo.

Pero, ¿dónde están ustedes?

¿Desde donde les estoy imaginando?

Me parece que me encuentro en una zona como en “Stalker” de Tarkovski[2] pero una zona temporalmente autónoma al estilo Hakim Bey [3] o mejor aún en una interzona que podría ser una  interzona de relación porque estoy recibiendo los límites entre una zona y otra, pero también una interzona de intercambio porque percibo áreas superpuestas.

Desde aquí, desde este lugar subversivo, estoy escribiendo mi documento, como William Burroughs en “El almuerzo desnudo[4].

Estoy en un espacio  tiempo
junto a esas concatenaciones que componen la maquinaria de las relaciones sociales contemporáneas, soy un sujeto que escapa a esa maquinaria, estoy ejerciendo mi micro sabotaje tratando de ampliar una fisura en las relaciones de producción.

Aquí estoy, en un pasaje, como siempre he sostenido, o si queremos, en un momento
.

Como Henri Lefebvre escribió:

"La teoría de los momentos no se sitúa fuera de la vida cotidiana, sino que se articula con ella uniéndose a la crítica para introducir  lo que le falta a su riqueza. Por lo que tendería de este modo a superar, en la vida cotidiana, en una nueva forma de disfrute particular, sumado al total, las viejas oposiciones de ligereza y pesadez, de seriedad y falta de seriedad
Henri Lefebvre (La Suma y la Resta).

Discutí la diferencia entre momentos y situaciones con Remi Hess y estoy convencido de que el momento es un continuum temporal: es la repetición de situaciones, pero repeticiones diferentes en el sentido de que dentro del momento se produce un movimiento abierto en  forma de espiral y no un círculo cerrado.

Por tanto el sujeto que soy ahora en este momento subversivo fuera de la máquina procesal de la conciencia ordinaria, que Lukács llamaría falsa conciencia,  es un sujeto que se pregunta por el mayor momento  histórico en el que estamos todos incluidos. Si queremos continuar la teoría de los ámbitos de Bleger, estoy tratando de analizar un quinto ámbito: el ámbito global o planetario en el que todos estamos inmersos. Si quieren, es el punto de vista que nació a finales de 1968 y que recoge el sentido de todo aquel movimiento cuando el 24 de diciembre Frank Borman, Jim Lovell y Bill Anders fotografiaron para nosotros la tierra vista desde la luna. La imagen nunca vista de ese globo azul con estrías blancas y trazas de color marrón quedó impreso en el sistema nervioso central, como una huella indeleble de una transición evolutiva. Por primera vez nos vimos desde afuera.

El momento histórico.

Y desde este punto de vista es  que trato de desarrollar en el análisis del momento histórico actual, la veta del materialismo histórico que forma parte de nuestro ECRO en referencia a la producción de  la subjetividad determinada por el desarrollo de las fuerzas productivas.

De hecho, Marx dice:

"Adquiriendo nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian su modo de producción y, cambiando su modo de producción, es decir, la forma de ganarse la vida, cambian automáticamente todas sus relaciones sociales." ( Miseria de la filosofía.)

Esto es, para Marx existe un estrecho nexo entre el modo de producción y las relaciones sociales, es decir, la configuración  de  la subjetividad. Digamos, además, que desde un punto de vista materialista:

"El modo de producción de la vida material es lo que condiciona el proceso social, político y espiritual. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. (Introducción a la crítica de la economía política. 1857)

En esta visión rigurosa, la conciencia  no surge de la dialéctica idealista del espíritu, sino  de una dialéctica materialista que hace depender  del modo de producción las relaciones sociales y éstas a su vez se presentan como formas históricamente determinadas del ser social. Ciertamente, esta visión contrasta radicalmente con la idea liberal magistralmente expresada por la señora Thacher con la famosa afirmación:

"La sociedad no existe, sólo existen los individuos"

Marx hubiera respondido con los manuscritos de 1844:

"El individuo es el ser social"

Esta  es la explicitación de los puntos de vista antagónicos con los cuales se participa en la "producción de la vida material".
Pero volvamos al análisis desde mi punto de vista.

La teoría de Marx como es sabido se basa en el hecho de que la historia es  la historia de la lucha de clases, y que cuando el desarrollo de las fuerzas productivas, o sea  la ciencia y la tecnología, entran en conflicto con las relaciones de producción existentes, por ejemplo, con las relaciones de propiedad jurídicamente definidas para ese modo de producción, se llega a  una época de revolución social que concluye con la emergencia de un nuevo sujeto.

Por ejemplo, la burguesía y el modo de producción capitalista surgieron del feudalismo con la Revolución Francesa.

En la perspectiva de Marx hay progreso, las fuerzas productivas deben desarrollarse, el obstáculo para este desarrollo, tarde o temprano está destinado a caer.

Cómo pueda ocurrir la caída ha sido objeto de  debate acerca de si esta caída pueda darse naturalmente o si no sería  necesario un "forzamiento subjetivo".

Es decir: ¿cómo puede el sujeto de la revolución  tomar conciencia de sí mismo? ¿Cómo se pasa de la clase en sí a la clase para sí?

Se trata de cuestiones importantes, pero la estructura de fondo del materialismo histórico presenta una sucesión de modos de producción que "avanzan" a través del desarrollo de las fuerzas productivas.

Una visión optimista, dieciochesca, de la historia.

Desarrollo y  progreso

Las críticas a este enfoque "desarrollista" fueron  constantemente abandonadas como reaccionarias o como utopías románticas vinculadas al pasado.

Sin embargo, incluso por Leopardi  nos  llega una crítica radical  al optimismo de su siglo:

Reflejado en estas orillas
Son de la  humana gente
El destino magnífico y paulatino.
Aquí mira y aquí te refleja,
Siglo arrogante y necio
(...)

A pesar de su pesimismo cósmico Leopardi, en esta su última composición vio en la voluntad de vida de la aulaga, "satisfecha de  los desiertos", un sujeto colectivo que a partir de

"(...) aquel horror que antes contra la impía naturaleza estrechó a los mortales en cadena social"

Vuelve en estos versos al ser social como "cultura" contrapuesta a "la impía  naturaleza " o madrastra naturaleza como Leopardi define a la naturaleza.

Es una visión diferente de la idea dieciochesca del desarrollo orientado hacia un bien común. Sin embargo Leopardi no es un reaccionario. En su rechazo de un finalismo en la historia, Cesare Luporini, un importante filósofo italiano, identifica su progresismo que critica a la sociedad moderna basada en la fragmentación de los lazos sociales y en una regresión a la barbarie del hombre que es un lobo para el hombre.

Progreso es para Leopardi la emergencia del sujeto colectivo de estos escombros: la cadena social.

Pero esta crítica del industrialismo y el fetichismo de las fuerzas productivas fue combatida con ferocidad por la ortodoxia marxista que no ha conseguido entender completamente la primera gran crisis de la escasez de petróleo que se produjo en 1973.

Pasolini

La idea desarrollista del progreso ha dado lugar a  la crítica de Pier Paolo Pasolini que en un famoso artículo de Escritos Corsarios identificaba a los sujetos del desarrollo en los industriales que buscaban beneficiarse mediante la producción de objetos de consumo en serie ya que las fuerzas productivas (tecnología)  hacían posible su realización a gran escala, pero para Pasolini también las masas de consumidores eran favorables a este tipo de desarrollo sin progreso, como él decía. Para él el progreso era una idea a hacerse realidad, una "noción ideal, social y política", muy cerca de aquella "reforma intelectual y moral" que para Gramsci era la tarea del príncipe moderno.
Esta visión de Pasolini está toda en su terrible poema de 1964:

Soy una fuerza del pasado.
Sólo en la tradición está mi amor.
Vengo de las ruinas, de las iglesias,
de los retablos, de los pueblos
abandonados de los Apeninos o de las estribaciones de los Alpes,
donde vivían los hermanos.
Viajo por la Tuscolana como un loco,
por el Appia como un perro sin amo.
O miro los crepúsculos, por la mañana

sobre Roma, sobre la Ciociaria, sobre el mundo,
como los primeros actos de la  Dopostoria,
a los cuales asisto,  por privilegio del registrador,
desde el borde extremo  de alguna edad
enterrada. Monstruoso es quien nació
de las entrañas de una mujer muerta.
Y yo, el feto adulto, deambulo
más moderno que cualquier moderno
en busca de los hermanos  que ya no están.

Aquí Pasolini es crítico con la modernidad y busca a los "hermanos que ya no están", la "cadena social" de Leopardi, busca  la comunidad de la Gemeinschaft de Tónnies[5], [6] que se disolvió, quedando sólo las ruinas.

Se trata de una crítica radical del consumismo y de lo que más tarde llegó a ser llamado globalización. Pasolini ve en  la destrucción de los vínculos  comunitarios el eclipse de la civilización y la aparición de la barbarie.

Parece hacerse eco de la alternativa propuesta por Rosa Luxemburgo: ¿Socialismo o Barbarie?

Pero su mirada "más moderna que cualquier moderno" anticipa muchos años la condición  que Lyotard ha llamado  post-moderna.

Otro crítico de la idea de que el desarrollo de las fuerzas productivas conduce al progreso de la sociedad es Herbert Marcuse que ve en la "sociedad de consumo" un aspecto  totalitario de homologación con la conquista por parte del sistema de la subjetividad alternativa, incluida la clase obrera.

El consumismo

El desarrollo de las fuerzas productivas, en la visión del hombre unidimensional conduce a la subordinación al neocapitalismo y al predominio de la falsa conciencia que reduce la subjetividad a la de consumidor.

Las dimensiones de la conciencia se reducen a una: la de la producción y del consumo. Como dice Marx en los Grundrisse:

"No sólo es el objeto de consumo, por  tanto, lo que es producido por la producción, sino también la forma de consumirlo, no sólo objetiva sino también subjetivamente. La producción crea así al consumidor."

Es decir, este sujeto es  un producto de un determinado modo de producción. Así es difícil pensar qué  tipo de sujeto pueda  conducir a cambiar el modo de producción en el sentido de una "reforma intelectual y moral" o sea, de una "revolución cultural" y no de un desarrollo lineal de las fuerzas productivas.

La clase permanece como clase en sí y ya no es posible la  toma de conciencia debido a que la falsa conciencia que resulta del modo de producción es el tipo de subjetividad dominante.

La crítica a la idea marxista de progreso entendido como el desarrollo de las fuerzas productivas también se encuentra en el grupo de París reunido alrededor de la revista "Socialismo o barbarie". Cornelius Castoriadis que más tarde contribuirá al nacimiento del  análisis institucional con el concepto de "sociedad instituyente", decía en una entrevista:

"En primer lugar,  en nuestra discusión tenemos que dejar de lado la idea de "progreso”. En la historia el progreso existe sólo en un sentido instrumental. Con una bomba H se puede matar a muchas más personas que  con un hacha de piedra, y la matemática contemporánea es mucho más potente y compleja  que la de los primitivos. Sin embargo, un cuadro de Picasso no vale ni más ni menos que los grafitis de Lascaux y de Altamira, la música balinesa es sublime y las mitologías de todos los pueblos son de una belleza y una profundidad extraordinaria. Y si nos movemos en el plano moral, no hay que hacer más que mirar a nuestro alrededor para dejar de inmediato de hablar de "progreso". El progreso es una idea esencialmente capitalista en la  que estaba atrapado el propio Marx. "

Estas consideraciones nos llevan directamente a las investigaciones antropológicas que desafían el etnocentrismo mostrando los diferentes estilos de vida más allá de la idea lineal de progreso, para la cual se pasaría de los salvajes a los bárbaros y a los civilizados.

Basta pensar en las investigaciones de Marcel Mauss sobre el don  o aquellas fundamentales de Pierre Clastris  sobre la sociedad sin  Estado.

Los límites del desarrollo

En este punto hay que volver de nuevo a la crisis de los años 70 y el descubrimiento de los límites del crecimiento por el Club de Roma.
Ese informe metió en el orden del día a la ecología con la consideración de que los recursos naturales no son ilimitados y que la naturaleza planteaba  límites en el uso de los recursos.
La idea de la producción como apropiación de la naturaleza la  encontramos directamente en Marx:

"Toda  producción es  una apropiación de la naturaleza por parte del individuo dentro  y a través de una determinada forma de sociedad."
Luego sigue:

Pero es ridículo saltar de este hecho a una forma particular de propiedad, por ejemplo, a la propiedad privada." (Introducción a la crítica de la economía política. 1857)

Marx habla de la propiedad común de los indios, de  los eslavos  y antiguos celtas que sería la forma "más originaria" de  condiciones de producción.

Sin embargo, estas consideraciones de Marx se refieren a un concepto de la naturaleza que remite a los pastores nómadas en el cual la apropiación temporal del suelo está en función del pastoreo.

En los  pastores nómadas no existe el concepto de naturaleza, de suelo o de tierra de los cazadores o recolectores, que tienen un "modo de producción" diferente. Para ellos  la naturaleza, la tierra, el suelo, no son una propiedad común, por el contrario son la "condición de la existencia" y la caza y la recolección son los usos de la naturaleza. Los abusos son violaciones que pueden provocar efectos impredecibles.

En el mundo de los cazadores y recolectores, en la sociedad sin estado descrita por Clastris, la ley: el nomos,[7] no se deriva, como en Carl Smith del conocimiento de los muros que limitan la propiedad de las tierras de pastoreo. Simplemente no existe el nomos de la tierra.

En nuestro ECRO (Esquema conceptual, referencial y operativo) también está este mundo, de hecho nos dice Pichon Rivière:

"Fui desde los 4 años testigo y protagonista, a la vez, de la inserción de un grupo minoritario europeo en un estilo de vida primitivo. Se dio así en mi la incorporación, por cierto que no del todo discriminada, de dos modelos culturales casi opuestos. Mi interés por la observación de la realidad fue inicialmente de características pre científicas y, más exactamente, míticas y mágicas" (
Prólogo a El proceso grupal.)

Hasta aquí la crítica de la idea de progreso vinculada al desarrollo de las fuerzas de producción. Estas críticas, con el surgimiento del paradigma ecologista que se refiere a la existencia de un límite para el desarrollo, parecen meter en una crisis mortal al  materialismo histórico,  a la lucha de clases y al socialismo científico.

El sujeto de una  sociedad instituyente parece ser o  bien totalmente ideal, utópico, en el sentido de imposible o bien  portador de ajustes internos para el desarrollo indefinido.

Tal como preconizó Umberto Eco parece una alternativa entre apocalípticos e integrados.

Incluso el laborismo italiano que había logrado construir una teoría materialista de la composición de clase en la época de la masa obrera  y de los consejos obreros de los años 70 del siglo pasado, no consigue  resolver teóricamente la crisis del concepto de progreso en relación con el desarrollo de las fuerzas productivas y por ello no puede explicar la crisis ambiental.

El Eco marxismo y el análisis institucional

En 1989 aparece el ensayo de O 'Connor titulado “Ecomarxismo”, seguido de una serie de ensayos en los años 90 que vuelven a abrir la teoría materialista de la historia.

O ‘Connor dice que en Marx no sólo existe la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, sino que según él existe  otra entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las condiciones de producción. Esta segunda contradicción explicaría la crisis del medio ambiente como consecuencia del modo de producción capitalista.

Marx entiende como  condiciones de producción  todos  aquellos  elementos sin los cuales la producción no puede tener lugar, entre ellos además  del trabajo humano está la naturaleza, el medio ambiente, el espacio urbano, las comunicaciones, las infraestructuras de transporte. Por lo que la contradicción no es sólo entre la fuerza de trabajo y el capital, sino también entre el capital y el entorno natural. Esta segunda contradicción explicaría por qué la producción como "apropiación de la naturaleza", pero también del espacio urbano y de la infraestructura de comunicación, podría llevar al agotamiento, al empobrecimiento y la destrucción de las condiciones de producción que ya no son capaces de regenerarse y por lo tanto al colapso general. Ya a principios de los años 70 en sus estudios sobre el espacio y la ciudad Henri Lefebvre se  había dado cuenta de que:

"El capitalismo destruye la naturaleza y arruina las propias condiciones de existencia, preparando y anunciando su propia muerte por medio de una revolución" El marxismo y la ciudad.

En este punto de nuestro análisis debemos pensar en cómo pueda emerger de esta contradicción un sujeto instituyente capaz de transformar la clase social emergente de clase en sí en clase para sí.

Problema difícil.

Retomaré algunos trazos del discurso desplegado hasta ahora a partir de la idea de institución desarrollada por el análisis institucional  que como hemos visto proviene del grupo Socialismo o Barbarie con una influencia de Lefebvre y los situacionistas.

El grupo desarrolló creativamente el análisis trotskista de la burocratización de la sociedad soviética posrevolucionaria.

De hecho  para los analistas institucionales, comenzando con Lapassade, la dialéctica entre momento instituyente y momento instituido que es típico de una institución viva se esclerosaría en el proceso de institucionalización si se pervirtiese el propósito para el cual se creó la institución.

En ese caso, el objetivo sería el auto mantenimiento de la propia institución.

Así ocurrió, según el análisis de Trotski, en la Unión Soviética por la decisión estalinista, con el apoyo de la dictadura de la burocracia del Partido Comunista, de construir el socialismo en un estado único. Había tenido lugar una heterogénesis[8]de los fines.

En cambio, los otros estados burgueses construidos a lo largo del tiempo  y que se han articulado en instituciones, se han convertido en los garantes de la privatización de los recursos naturales como el suelo y el agua, y el espacio urbano.

Estos recursos no son producidos por el capital, sino que se vuelven disponibles gracias a las decisiones políticas que sólo recientemente se han  convertido en objeto de  lucha consciente por parte  de sujetos instituyentes que no sólo rechazan la privatización, sino que muestran claramente una relación con el medio ambiente, con el espacio urbano y los recursos naturales que puede ser el embrión de un nuevo ser social.

¿Qué ha ocurrido?

El ciclo de luchas de los años 70 del siglo pasado articulado en una escala global  ha producido un cambio en la forma de producción y en la regulación de los intercambios.

El estado burgués con sus instituciones disciplinarias descritas por Foucault entró en una crisis irreversible: los cuarteles, la escuela, la fábrica, y todas las demás formas de control de los cuerpos ya no son capaces de educar o reeducar incluso  ni siquiera de vigilar o castigar.

Han surgido otras formas de control social que han vuelto cada vez más difícil  la toma de conciencia de  los sujetos  instituyentes. Son formas de control del pensamiento y de la mente que se manifiestan a través de la imposición de estilos de vida, hábitos, roles sociales preconcebidos. A esta mezcla de intervenciones compuestas se le da  el nombre de bio política.

El intelecto general

El modo de producción ha cambiado completamente con la revolución de la microelectrónica y la introducción de la informática en los procesos de producción.
Hay que volver al análisis de Marx  que en el “Fragmento sobre las máquinas” escribe:

"La naturaleza no construye máquinas, ni locomotoras, ferrocarriles, telégrafos eléctricos, máquinas de hilar automáticas, etc. Estos son  productos de la industria humana: material natural transformado en órgano de la voluntad humana sobre la naturaleza, o de su  actuación en la naturaleza. Son órganos del cerebro humano creados por la mano del hombre, la potencia objetivada del saber. El desarrollo del capital fijo indica hasta qué punto el saber social general, el knowledge, se ha convertido en fuerza productiva inmediata y, por tanto, hasta qué punto las condiciones del proceso social de vida se hallan sometidas al control del  general intellect  y transformadas con arreglo a él”. Este "intelecto general" que controla las "condiciones del proceso social de vida" es claramente la mutación actual del capitalismo que  ha sido llamado “capitalismo cognitivo”.

El capitalismo cognitivo consiste en la apropiación de la inteligencia humana y su transformación en capital y es el mismo proceso que ocurre  para la naturaleza. La transformación en capital significa la explotación sin límite, tanto de la naturaleza como del intelecto general.

La producción se convierte en la acumulación permanente de capital que tiene como objetivo su propio desarrollo infinito.

Además, este capital cognitivo ya no necesita producir objetos concretos para su propia autovalorización continua. La producción se ha convertido en producción simbólica. Con la apropiación del intelecto general la producción se ha convertido en inmaterial.

Produce significados de significantes. Eso es lo importante,  lo que convierte  un mero objeto de uso en un producto con un determinado tipo de valor no  es el material del cual está hecho el objeto, sino la marca que lo distingue.

Y el logotipo, la marca, es un símbolo que no representa ciertas cualidades del objeto, sino un  status social: un estilo de vida. Así el capitalismo cognitivo explota el intelecto general para producir símbolos con su significado y por medio de esta producción impone comportamientos y estilos de vida con la única finalidad de la acumulación.

Esa es la semiosis capitalista típica de la fase actual del capital que más que por capitalismo cognitivo  es mejor definido por el término semiocapitalismo.

Semiocapitalismo

El semiocapitalismo  se caracteriza por el bio-poder, es decir por la profunda capacidad para tomar posesión de la vida en todas sus formas, desde el medio natural: agua, bosques, glaciares, hasta las formas de pensamiento estereotipado, y  es totalmente interno a una existencia regida por el consumo para la producción y por la producción para el consumo.
El capitalismo en esta etapa se ha extendido por todo el planeta y ha causado y está causando cambios irreversibles constantemente.

Del lado de la naturaleza: la deforestación y el aumento de las emisiones a la atmósfera de CO2 con el consiguiente aumento de la temperatura global, el derretimiento del hielo y los cambios climáticos impredecibles.

Del lado de la humanidad se está produciendo una mutación antropológica de consecuencias imprevisibles: la conexión permanente con la red telemática produce una escisión entre los aspectos cognitivo y emocional.

La afectividad tiende a ser el ruido que perturba la comunicación cognitiva.

Además, la apropiación capitalista del intelecto general extiende la producción y el consumo a todas las formas de comunicación en cualquier lugar: en todas partes está evolucionando el capital.

Sin embargo el semiocapitalismo aún no ha encontrado una forma de estado que pueda contenerlo. A este respecto quisiera citar la teoría de los ciclos de Giovanni Arrighi  que considera el desarrollo de la producción capitalista en relación con los estados que han logrado contenerla, y así se pasa de las repúblicas marítimas italianas de Génova y Venecia, a Holanda, a Inglaterra para terminar con los Estados Unidos.

Sin embargo, estos últimos después del final de la Guerra Fría y el colapso de la URSS no han sido capaces de transformarse en un imperio global. Esta hipótesis fue pensada  por Negri y Hardt y en el advenimiento del nuevo siglo parecía inevitable el proceso de construcción de un nuevo orden  a partir de los organismos ya existentes, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio, etc.

Se habían instituido formas de recodificación y control de la subjetividad que eran liberadas por los procesos de globalización.

De hecho, ahora todos  las desterritorializaciones causadas ​​por la difusión mundial del semiocapitalismo se pueden recodificar en el diagnóstico psiquiátrico en forma DSM.

Las instituciones de control no  se proponen ya la tarea de disciplinar a los sujetos a un orden estatal. Ese fue el objetivo de una época pasada, ahora el biopoder clasifica los comportamientos y trata de controlarlos a través de instituciones que llevan a cabo el diagnóstico y la administración de fármacos. Estas instituciones prescriben roles para una adaptación pasiva a la realidad de la producción y el consumo actuales.

Son fábricas de  falsa conciencia.

Parece que no podemos escapar a este aparato de captura y control.

En cambio, el orden imperial no logró instaurarse: las rebeliones de varias clases se han multiplicado, la destrucción de la comunidad entendida también  como biocenosis[9] desde un punto de vista ecológico, la pérdida de la biodiversidad también entendida como diferencias culturales y el inicio de una homologación represiva planetaria no se han consumado totalmente.

La difusión mundial de semiocapitalismo dio lugar a la crisis total de los estados nacionales: las multinacionales no son regulables por un Estado-nación, pero la explotación intensiva de los recursos naturales por el desarrollo y la centralización del capital en las ciudades ha determinado el empobrecimiento y la desertificación del suelo, el crecimiento indiscriminado de las ciudades respecto  al campo, la proliferación de suburbios y barrios marginales.
  
Éxodo

Esta mutación del habitar produce necesariamente la destrucción de pueblos y culturas y el nacimiento de multitudes migrantes que viajan de la periferia del mundo hacia otro  improbable centro constituido por  ciudades  que se hacen cada vez más grandes. La población mundial que  vive en las ciudades  ha superado  a la  que reside en las zonas rurales.
La urbanización  es imparable.

La desaparición de la comunidad tras el cruce de potentísimos flujos descodificantes produjo el éxodo de gran cantidad de multitudes que no son controlables por ningún Estado-nación. Estas multitudes no tienen entidad jurídica, emergen como "vida desnuda", como las llama Giorgio Agamben: vida natural, bios, que atraviesa el desierto, a continuación el Mediterráneo y luego es encerrada en los campos y sometida a un proceso de construcción de una subjetividad aceptada  por el orden simbólico dominante. Si la "historia" que se le narra al aparato de captura corresponde al sujeto enunciado por el dispositivo de control, entonces aparece el sello de titular de un permiso de residencia.

Todo lo demás es multitud en movimiento, vagabundos sin ningún derecho Ilegales.

Caos

Como dije el intento de construir un imperio mundial que ordenase las contradicciones de semiocapitalismo fracasó rotundamente con las guerras de Bush junior. De este fracaso surgió con fuerza el caos como había predicho Prem Shankar Jha en su libro “Il caos prossimo venturo”. (El inmediato caos venidero).

Ahora nuestra contemporaneidad se caracteriza por el caos.

¿Qué significa esta afirmación?  Significa que estamos viviendo un momento histórico en el que los vínculos sociales y comunitarios se han disuelto y aparecen una multitud de fragmentos, objetos fractales conectados entre sí, pero sin conciencia de que comparten un destino común.

La fractalización de las relaciones laborales típica del semiocapitalismo ha fragmentado la fuerza de trabajo en contratos parciales cada vez más individualizados, aislando  las luchas sociales en conflictos individuales, sin una estrategia.

En el mundo post-colonial el impulso nacionalista que llevó al colapso de los viejos imperios y al surgimiento de nuevos estados se ha trasformado en el crecimiento de élites de consumidores que gestionan los procesos de deslocalización productiva, explotación catastrófica de los recursos y de los flujos migratorios. Nada de esto sucede en un trasfondo de tranquilidad social, gradualmente se generan trayectorias imprevisibles de partículas elementales sociales que se recomponen a la luz de los grandes imanes que las atraen: el fundamentalismo religioso que reconstruye identidad y pertenencia a la comunidad en torno a  enemigos infieles, o la nueva forma de nazi fascismo racista que exalta la comunidad de la tierra y de la sangre odiando  al extranjero y al diferente.

En esta desintegración surge la guerra como una forma extrema de producción y de consumo: la destrucción de casas, objetos,  el asesinato de personas, la creación de ulteriores multitudes que huyen, produce un aumento del beneficio.

Naomi Klein en su libro “Shock economy” ya hablaba sobre la economía del desastre a partir del huracán Katrina y en Italia hemos visto como funciona con el terremoto Aquila y otros terremotos.

Pero la guerra es la catástrofe por excelencia: el caos creado. Es una destrucción y reconstrucción permanente y estamos viviendo esta época de caos en una guerra mundial de alta o baja intensidad según  la zona.

Guerra

En este momento histórico hay  actos de guerra, matanzas y secuestros en México, suicidios y asesinatos en masa en  Bagdad, Siria o Nigeria, la guerra en Libia en Afganistán y Pakistán con las mujeres y hombres que se inmolan como bombas humanas, o los ataques del Bataclan en París, la guerra en Ucrania, pero también  las matanzas en Norte América en las escuelas o en el cine y  para finalizar  el aumento exponencial y generalizado  de los suicidios juveniles como dice Franco Bifo Berardi en sus terrible libro “Héroes”.

¿Qué nos hace pasar de la percepción de estar en paz a la de  estar en guerra? Creo que es un matiz sutil que puede transformar un estado de miedo en una inseguridad permanente, como puede ser la reacción cuando se sufre una irrupción en  casa por  parte de individuos armados y enmascarados,  o una amenaza de muerte.

“El 12 de junio las tropas de la Europa occidental atravesaron las fronteras y la guerra empezó, es decir, se produjo un hecho contrario a la razón y a la naturaleza humana. Millones de hombres cometieron unos contra otros una cantidad de crímenes tan considerables, de engaños, de traiciones, de robos, de falsedades, de saqueos, de incendios y de asesinatos, que la historia de todos los tribunales del mundo no contiene tantos en el transcurso de los siglos. Sin embargo, los hombres que cometieron aquellos delitos no los consideran como tales.

¿Qué motivó aquel acontecimiento extraordinario? ¿Cuáles fueron las causas?”

Así escribió León Tolstoi en “Guerra y Paz”, pero ahora la guerra ya no se declara y se convierte en una guerra interna  al planeta, pero la realidad de "un hecho contrario a la razón y a la naturaleza humana" está aún más presente.

El caos contemporáneo aumenta: de los desastres ecológicos a las guerras.

¿Qué hacer?

¿Qué hacer en este momento histórico?

El viejo análisis que confiaba en la clase obrera como sujeto revolucionario no tomaba en cuenta la fragmentación y descomposición actual.

Esta clase en este momento en en sí, ya que no tiene conciencia de serlo. Hay que decir que el cambio radical del modo de producción capitalista ha provocado nuevas contradicciones que requieren un nuevo análisis de la composición de clase.

Esto significa preguntarse por cuáles son los sujetos instituyentes en el caos contemporáneo.

Tenemos que partir de una práctica radical, se trata de destituir a los sujetos instituidos aplicando, como dice Agamben, el poder destituyente.

¿Qué significa esto?

Desde hace mucho tiempo nos dimos cuenta en los grupos operativos de que lo que dificulta el paso de la fase de pre-tarea a la de tarea es la pertenencia institucional, es decir, la forma de subjetividad vinculada a la institución que produce  aquel tipo de sujeto.

Pero esto, como hemos visto ensanchando  el campo del análisis, es exactamente lo que está sucediendo en la producción social extendida.

Por lo tanto, cualquier situación que es capaz de causar una destitución de la subjetividad instituida aplica un poder destituyente e introduce por esta puerta, una dimensión de uso del tiempo que no es evolución capitalista.

Un poco como me ha pasado a mí  en la producción de este trabajo.

Estas situaciones se producen dentro de  contradicciones.

Por ejemplo, cuando el poder político convierte el espacio común en condición de producción y cede el terreno urbano destinado a un parque, o una zona abandonada por la especulación municipal que transforma el uso social en ganancia privada, entonces se generan los sujetos instituyentes que se oponen a la producción capitalista.

Luchas sociales y sujetos instituyentes

Las luchas  en contra de las autopistas que destruyen los bosques, en contra de los ferrocarriles de alta velocidad que cambian los valles, en contra de la privatización del agua y de la transformación de los mares en concesiones mineras producen sujetos instituyentes que sin embargo no se perciben como una clase antagonista, porque se trata de diferentes situaciones, presentes en diferentes países que se producen en diferentes tiempos. 

Sin embargo, la lucha contra la especulación financiera, para mejorar los espacios comunes, la ocupación de las plazas, las escuelas que impulsan una perspectiva social, son todas ellas prácticas que impugnan el poder establecido, pars destruens  que hacen emerger a sujetos instituyentes.

Falta decir que no son luchas individuales sobre problemas individuales fragmentados sino por el contrario se trata de luchas contra la producción capitalista por una sociedad diferente.

La potencia geométrica de estas luchas ya no es euclidiana, sino fractal.
Por esto es importante pensar que los nuevos modelos de familia que están en discusión son subjetividad instituyente que transforman la idea de la familia basada en lazos de sangre en la de grupo familiar, basado en vínculos de afecto.

Incluso en el siglo XIX las luchas individuales de los trabajadores de las fábricas no fueron percibidas en un horizonte más amplio. Fueron las organizaciones obreras las que construyeron una visión global, pero se requiere una teoría revolucionaria para precisar la estrategia de la clase para sí. Ahora nuestra tarea en este momento histórico es pensar en cómo hacer llegar a todas las formas de rebelión una visión general donde se pueda vislumbrar una comunidad que sale al encuentro, que se constituye en la ocupación de las casas, en los intercambios solidarios, la combinación de lenguas y costumbres entre los inmigrantes y los residentes. Una comunidad diferenciadora para oponerse a la homologación.

Debemos elaborar juntos un pars costruens, subjetividad incompleta.

Hablo de subjetividad sin terminar porque el sujeto instituyente no es un sujeto logrado, está siempre en construcción, no se pacifica, es inquieto y siempre en busca de algo que falta, porque siempre algo o alguien lo hará. Se trata de sujetos colectivos de enunciación diferenciada que emergen como grupos operativos. Sujetos que emergen de situaciones candentes, de luchas, pero también de festivales, actividades de convivencia, hospitalidad, grupos de aprendizaje, grupos terapéuticos, grupos espontáneos que se reúnen en las escuelas u hospitales, actos de ayuda no solicitados, fugas de instituciones totales, descarrilamientos y encarrilamientos de los algoritmos del capital, amabilidades  al azar, actos de belleza sin sentido y cualquier cosa que pueda provocar una ruptura con la pragmática dominante.

No creo que la ruptura con el semiocapitalismo suceda acelerando  procesos que están actuando.

Creo por el contrario en prácticas de desconcierto y descompensación: ready made de las ideas y de los pensamientos.

Cualquier cosa que produzca el acceso de las multitudes fractales, causa y efecto del caos contemporáneo, a diferentes estados de  conciencia de clase en movimiento es una práctica hacia una república planetaria que es necesaria para la salvación del planeta.

Es esencial el uso subversivo de "intelecto general “para crear una eco conciencia de clase que, no obstante, sin una práctica de constante cambio, está destinada a ser un conciencia infeliz.

Este documento de la interzona está terminando pero es un documento inconcluso, como el sujeto instituyente de este espacio tiempo subversivo. Adelante compañeros.

Sevilla, 4 de Marzo 2016

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[1] Traducción de Violeta Suárez Blázquez.  Las notas al pie  han sido incluidas por la traductora.
[2] Stalker (Стáлкер), conocida en algunos países de habla hispana como La Zona, es una película de ciencia ficción del año 1979 del director ruso Andréi Tarkovski, basada, en términos generales, en el libro de los hermanos Arkadi y Borís Strugatski, Picnic al borde del camino ( Wikipedia).
[3] Hakim Bey es el seudónimo de Peter Lamborn Wilson. Es un escritor, ensayista y poeta estadounidense que se describe a sí mismo como “anarquista ontológico" y sufí. Hakim Bey significa "El Señor Juez" en turco. Wikipedia.
[4]
El Almuerzo Desnudo, una de las obras capitales de la literatura contemporánea norteamericana, supone un viaje al abismo de la adicción a las drogas. Se trata de un relato alucinado narrado por William Lee, alter ego de William S. Burroughs, quien conduce al lector a través del sórdido mundo de la heroína. La obra se alza como una sátira del abuso del poder, la pena de muerte, el colonialismo o la manipulación de las masas. (Sinopsis de Ignacio Pulido) http://cineultramundo.blogspot.com.es/2013/12/critica-de-el-almuerzo-desnudo-william.html
[5] Ferdinand Tönnies (Oldenswort (Eiderstedt), 26 de julio de 1855 - Kiel, 9 de abril 1936), sociólogo alemán, 1909 miembro fundador de la Asociación alemana de sociología.Famoso por su distinción de comunidad y sociedad (Gemeinschaft und Gesellschaft, 1887), conceptos que originan diferentes tipos de relaciones sociales según el tamaño de la población y su grado de complejidad en la división social del trabajo.
[6] Gemeinschaft Gemeinschaft (frecuentemente traducido como comunidad), es una asociación en la cual los individuos se orientan hacia la comunidad tanto o más que hacia su propio interés. Los individuos en una Gemeinschaft se regulan por reglas o creencias comunes sobre el comportamiento apropiado y la responsabilidad de los miembros para con los demás individualmente y para con la comunidad. La comunidad se marca como Unidad de Voluntad (Tönnies, 22).
Las Gemeinschaften se caracterizan por una moderada división del trabajo, unas relaciones personales fuertes, familias unidas e instituciones sociales relativamente simples. En estas sociedades, raramente hay necesidad de reforzar el control social de forma externa, debido a un sentimiento colectivo de lealtad individual hacia la sociedad. El Derecho no se precisa ya que se realiza más énfasis cuando hay un conflicto en solucionarlo y evitar que éste vuelva a suceder (por ejemplo porque prime el valor amor), que en determinar la culpabilidad y determinar una sanción o nuevo reparto en consecuencia (porque prime el valor justicia).
[7] -Por Nomos entendemos todo aquello que los seres humanos hemos añadido a la physis, como una construcción artificial que desde luego de no existir el ser humano, no existiría: costumbre, política, lenguaje… Podría decirse pues que Nómos significa ley moral y política, ya sea en forma de usos y costumbres recibidas de la tradición, como en forma de leyes formales y normas obligatorias que codifican la vida en comunidad y que son respaldadas por la autoridad del estado. Además aquí es el hombre en torno al cual gira todo descubrimiento, y sus leyes se rigen por su común acuerdo, y no un origen externo. Es decir, como conclusión , Nomos como un conjunto de creencias compartidas por una sociedad determinada siguiendo una tradición y una costumbre, aquello que es de una forma concreta porque nosotros la hemos hecho así, pero podría ser de otro forma, porque podemos manipularlo (https://frito4.wordpress.com/2010/10/14/physis-y-nomos/).
[8] Definición de Heterogénesis
{f.} [Biología] Fenómeno de generación de individuos diferentes entre la descendencia de parentales normales, con caracteres que se conservan y transmiten genéticamente. Este término es considerado, por algunos autores, equivalente a la mutación definida por el botánico De Vries, y por otros, como sinónimo de alternancia de generaciones, definida por Spencer.  Fuente:  E. Británica.
[9] Una biocenosis (también llamada comunidad biótica, ecológica o simplemente comunidad) es el conjunto de organismos de todas las especies que coexisten en un espacio definido llamado biotopo, que ofrece las condiciones ambientales necesarias para su supervivencia  (Wikipedia).