LA PROFESORA DE HISTORIA (LES HERITIERS)

   Directora: Marie-Castille Mentión-Schaar
   Nacionalidad: Francia Año: 2014
   Festival de Valladolid: Mejor película Seminci joven de 2014.

  Magdalena Calvo Sánchez-Sierra


Basada en un hecho real acontecido en el Instituto  León Blum de Créteil (Francia), Les héritiers nos sitúa en el ámbito de la enseñanza con adolescentes en un entorno multicultural. Ariane Ascaride  encarna a la profesora de historia y geografía, la Señora Gueguen. La actriz francesa desempeña de forma extraordinaria su papel, algo con lo que ya estábamos familiarizados por anteriores interpretaciones de fuerte compromiso social, bajo la dirección de su marido, Robert Guédiguian. Al comienzo de la película asistimos a una áspera polémica, un anticipo del argumento y de los conflictos que vamos a contemplar. Una escena basada en la intolerancia,  tanto por parte de una alumna como por parte del director del centro pone en cuestión  la legalidad de las normas frente a la legitimidad de las convicciones.  

De manera tangencial la película aborda las consecuencias de los conflictos familiares y de la marginación derivada del alcoholismo, las migraciones desde países desfavorecidos económicamente o a causa de la guerra, las diferencias étnicas, el desinterés por la formación cultural de los hijos y el aislamiento. Estas tibias pinceladas sobre los grupos familiares alertan al espectador sobre los dramas de los alumnos. El retrato de estos adolescentes con su rebeldía, odio, agresión ante las normas y delincuencia pone de manifiesto que estos síntomas son el emergente de una realidad familiar y social. Ellos son los héritiers de otras generaciones.          

Los adolescentes ponen a prueba su entorno a través de las figuras de autoridad representadas por profesores y tutores. También los propios conflictos de los adultos se vuelven a reactivar al enfrentarse con las pasiones desordenadas de los jóvenes. Lo observaremos en la rígida y desesperanzada actitud del director del Instituto frente a este grupo juvenil, al que da por desahuciado.

Discurre la película por aulas vacías y pasillos silenciosos para expresar  el contraste con  las  turbulentas  escenas de clase. Las secuencias rodadas en interiores contrastan con el final situado en espacios abiertos, metáfora de la libertad. Los protagonistas de esta historia Camelia, Kevin, Olivier, Brahim, Said y otros muchos personajes anónimos, descubrirán su capacidad para vincularse con el otro  dentro del grupo donde se ponen en cuestión  las diferencias. El joven Malik será representado por Ahmed Dramé, personaje real en quien se inspira la historia, un adolescente musulmán apasionado por la pantalla que desea ser director de cine.                      

La Sra. Gueguen tiene la singularidad de trabajar en la enseñanza desde hace 20 años y posee una característica especial: ama su trabajo y confía en la juventud. Esta cualidad y este escenario privilegiado la dará alas para encauzar y realizar una tarea común con sus alumnos, un trabajo de investigación para el Concurso nacional de la Resistencia y la Deportación sobre “Los niños y adolescentes en los campos de concentración nazis”. La tarea propuesta enfrenta a estos adolescentes con la conexión, empatía e identificación con el dolor ajeno, con la injustica, la crueldad y la demonización de unos pueblos por otros. Cada adolescente descubrirá a través de esas historias   algo de sí mismo. Observamos con interés las tareas de los alumnos,  la recopilación del material,  los collages,  la búsqueda de archivos y la multitud de formas creativas a la hora de exponer sus ideas. Este material que se va ordenando paulatinamente,  discurre en paralelo con las emociones de estos adolescentes en un proceso de integración psíquica durante la elaboración del proyecto.

Juega la película con secuencias inquietantes. En una escena los  adolescentes proyectan en el   otro las humillaciones y el sufrimiento que ellos pudieron padecer en el pasado. Significativa en este sentido es la escena en la que  la Señora  Gueguen tiene que ser sustituida por otra profesora y se desata el libertinaje y el sadismo en clase. Hay otros momentos de gran tensión cuando se definen  las diferencias entre holocausto,  aniquilamiento y exterminio de los pueblos. Diferencias que desde el espectador parecen poco relevantes cuando se trata de la muerte, ya sea  masiva o no y sea cual fuera la causa.

Algunas escenas pueden despertar en el espectador un exceso de sentimentalismo. Pero no deja indiferente nada de lo que va sucediendo. En especial la visita de León Zyguel, superviviente real de Auschwitz,  que con 87 años narra delante de los alumnos cómo sobrevivió con 15 años en un campo de concentración y cómo asistió al exterminio de sus padres y hermanos, tratando de no perder la esperanza. León Zyguel fue testigo de cargo en el juicio de Maurice Papon, condenado en 1998 por complicidad en crímenes contra la humanidad.

La reconstrucción de la memoria histórica por parte de los alumnos se realiza a través de las fotos del holocausto, documentos de archivo y de la visita al museo. La recuperación de la vida aniquilada de niños y adolescentes se convierte en un viaje apasionante para aprender, para conocer al compañero, para respetarse y para comprender que en la vida de todos los seres alguien pudo abrir en algún momento una vía a la esperanza. Estos adolescentes, por medio de su trabajo, aprenderán que el conocimiento puede convertirse en un ideal no impuesto por los otros, sino en un sueño propio.

Finalmente la voz de León Zyguel en la lectura del juramento de Buchenwald sobre los derechos humanos, se superpondrá con la voz de Camelia, la alumna rebelde, en una escena apasionante. Zyguel falleció después de su aparición en la película, el 29 de enero de 2015, pero la memoria no muere mientras haya “herederos” que transmitan su legado.