Aprendimos con nuestros maestros que pensar era un acto necesario, costoso
y comprometido: significar con lo que nos fue dado, con las palabras, aquello
que nos sucede y aportar cierta comprensión que tenga que ver con
la vida. Este pensar implica poder asumir pérdidas y afrontar ansiedades.
Poder pensar es también en este sentido un integrar como ejercicio
de adaptación activa a la realidad. Siempre será, en todo
caso un poder pensar con otros: participar de un pensamiento compartido
y colectivo. Un diálogo con uno mismo no es nunca otra cosa que un
diálogo con los otros que llevamos dentro, inscripciones de experiencia
y de vida.
Para nosotros
pensar es un proceso necesariamente social, donde las ideas, las palabras,
los aprendizajes se hacen porque hay o hubo otros que nos dejaron otras
ideas, otras palabras, otros aprendizajes que nosotros necesariamente transformaremos
y, querámoslo o no, también legaremos a otros.
Pensar implica
movimiento, precariedad y transición. Y no sólo porque pensemos
que se transforman las ideas o nociones. Esto sería ingenuamente
dejar fuera de la ecuación a los sujetos, a los que elaboran, portan
o recogen pensamientos, quienes van/vamos a ser también movidos,
transformados, descolocados.
Con dolor por
las recientes pérdidas, recordando la intensa e inmensa huella de
nuestro maestro Armando Bauleo, debemos reconocernos en la lógica
histórica de esas palabras e ideas que nos hacen posibles y asumir
que sólo trabajando y pensando, compartiendo y aprendiendo con otros,
vamos a poder construir aquello que nos legaron y ganamos.
Desde un modelo que apela a la complejidad y la convergencia para poder
pensar y actuar, proponemos estas páginas electrónicas como
un espacio de pensamiento e intercambio desde el que acercarnos a nuevas
latitudes y ayudarnos a compartir posiciones y descubrimientos. Asumimos
que esto conlleva ansiedad y, queriendo entender que las ansiedades ligadas
a esta nueva propuesta -al ataque y a la pérdida, siguiendo a Pichón-Rivière-
van a producir y pueden llegar a ser enriquecedoras, afrontamos la apuesta
de poner en la telaraña este proyecto para pensar, compartir y discutir
con otros.
Nos proponemos
abrir un espacio a la reflexión, a la comunicación, al aprendizaje,
que permita difundir y profundizar desde un modelo de análisis de
la psicología social... Esperamos multiplicar planos de intersección:
buscamos espacios de apertura; esperamos colaborar en la difusión
y profundización del pensamiento pichoniano en lo que éste
tiene de instrumento de conocimiento y de transformación de lo humano.
Esto nos lleva a perseguir la profundización en los instrumentos
operativos con los que investigar en la realidad social. También
a rastrear y compartir lo indagado a través de esos procesos. Por
otro lado deseamos abrir este espacio a difundir trabajos, ideas y experiencias
que, provenientes de otros lugares y modelos, nos permitan pensar y ampliar
el círculo de nuestros "objetos" de trabajo o nos permitan
pensar nuestras posiciones de "sujetos" en las operaciones sociales
a las que nos dedicamos.
Desarrollamos
la propuesta desde un lugar, la Asociación de Psicoterapia Operativa
Psicoanalítica, donde confluimos profesionales que, con diversas
andaduras e intereses, compartimos un esquema de referencia en el que convergen
el psicoanálisis, la dialéctica y el interés por los
procesos sociales. Necesitamos que este punto de partida no resulte un fin
sino su contrario estimulante, de manera que podamos presentar, articular,
enfrentar o complementar con otros principios y referentes, buscando el
movimiento que precise el pensamiento.
Pichon-Rivière
reformuló el concepto de gestalt en gestaltung, de estructura a estructurando,
subrayando una cualidad de los sistemas sociales, su movimiento. Armando
Bauleo comentó hace unos meses en un acto de homenaje a los cien
años del nacimiento de su maestro que si todas las personas tenemos
una cruz, fruto de la intersección de lo histórico-personal
con lo histórico-social, hay algo que lo moviliza produciendo un
movimiento espiralado: el deseo. Proponemos a nuestros colaboradores, lectores,
cómplices o delatores, continuar la indagación, la búsqueda,
la incertidumbre y el pensamiento.
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